Planeta EBike

"El nuevo deporte de la bicicleta eléctrica"

Autor: Raúl Romojaro
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Raúl Romojaro Twitter

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Los enemigos de las e-bikes

La convivencia entre los diferentes tipos de ciclistas no siempre es sencilla y pueden surgir conflictos

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Los enemigos de las e-bikes

Si ya estás convencido de que una e-bike es una alternativa para ti, llega el momento de hacerte una advertencia importante: no todos los ciclistas van a acoger con el mismo entusiasmo tu decisión. Debes estar preparado para escuchar comentarios de lo más variados (“Eso es una moto”, “Así cualquiera”, “¿No puedes dar pedales?”) e incluso vivir algunas situaciones un tanto desagradables con personajes que, como en cualquier ámbito, esgrimen la bandera del autoritarismo en defensa del único criterio que les resulta válido, el suyo.

Tengo que reconocer a mí me sorprendió inicialmente encontrarme tales actitudes, de ahí que vea necesario compartirlas con quienes se incorporan al ciclismo eléctrico, para que podáis estar sobre aviso. Lo primero que se me vino a la cabeza fue preguntarme qué demonios le importaba a aquel tipo tan jocoso lo que yo hiciera, esa costumbre insana de meterse en la vida de los demás supera mi paciencia. No se trata, por desgracia, de casos tan aislados y son bastantes los que aprovechan la más mínima oportunidad para poner en el disparadero la utilización de este tipo de bicis en recorridos de montaña, recriminando incluso a sus usuarios unos con ironía y otros con bastante mala intención. A unos y otros, creedme, ni caso más allá de lo anecdótico del asunto, pronto te habitúas a ello y dejas de darle trascendencia alguna (en realidad, nunca la tiene).

Mi primera recomendación al respecto es la de mantener la compostura en todo momento, no entrar en modo alguno al trapo de las burlas fáciles e incluso las descalificaciones. Se disfruta tanto de una salida con la e-bike que no debemos permitir que un patoso estropee la jornada. Entre otras cosas porque no merece la pena cogerse un berrinche por alguien que ni siquiera tiene la capacidad de plantearse qué le molesta del hecho de encontrarse con otro subido en una bicicleta eléctrica. Es una realidad, si le dedicaran siquiera un minuto a cuestionarse sus prejuicios no los tendrían, no existen argumentos racionales para ello.

Si hay quien piensa que con este tipo de bicicletas la actividad física es nula, se equivoca de pleno pero está en su derecho de chapotear en su error de por vida. Sigo sin entender qué puede importarle a nadie cuánto ejercicio hago o dejo de hacer si utilizo una e-bike, tanto como si me quedo en el sofá de casa viendo la tele… En el fondo de la cuestión creo que existe cierto complejo de competitividad (o puede que de superioridad) mal entendida, como si algunos individuos vigoréxicos tienen que picarse hasta con su sombra y, claro, lo de que un señor (por los años) entrado en kilos (por la forma física) llegue a ponerles en apuros en plena pendiente supone, ridículamente, una especie de afrenta para su orgullo de campeones.

Por la parte que nos toca a los usuarios de las e-bikes, tenemos la obligación de mantener una actitud especialmente respetuosa y cuidadosa con el resto del colectivo ciclista. Es obvio que la existencia de un motor eléctrico aporta unas ventajas significativas en términos de rendimiento absoluto y abusar de ello resulta poco apropiado y feo, muy feo. Pretender hundir en la miseria a un abnegado ciclista que sufre y se esfuerza como un jabato para coronar una ascensión abusando del motor supone una bajeza que deberíamos evitar, empezando porque carece de sentido alguno presumir de poderío cuando lo que nos ayuda a exhibirlo es justo ese rendimiento artificial de la mecánica. Simplemente patético…

La convivencia es posible e inevitable, no nos queda otra. Las bicicletas convencionales seguirán siendo, al menos durante mucho tiempo, mayoría en los caminos y senderos, mientras que el crecimiento del parque eléctrico es imparable y su presencia es cada día más frecuente y numerosa. Así que deberíamos aplicarnos el cuento del vive y deja vivir, ser respetuosos, inteligentes y educados, no juzgar lo que hacen los demás y jamás olvidar que todos compartimos una misma pasión por la naturaleza, el aire libre y también el deporte. Aunque siempre habrá quien piense que con una bici eléctrica esto último es sólo un espejismo. Allá cada cual con su ignorancia o prejuicios, ¿no os parece? Lo dicho: paciencia mientras las cosas se normalizan y disfrutad a tope de la experiencia e-bike.