Raúl Chapado y la nueva frontera del atletismo español

Hace unos pocos días un grupo de periodistas tuvimos un desayuno de trabajo en la sede de la Federación Española de Atletismo con Raúl Chapado, el presidente de este organismo, con motivo de su primer año de mandato. Se habló de todo, se recordaron cosas de otros tiempos, se hicieron algunas bromas, unos tomamos zumo de naranja y otros café. Todo muy agradable.

Raúl, al que conozco de hace muchísimos años, siempre ha sido persona sensata, que es lo primero que hay que pedir a un dirigente, no sólo en atletismo o en el deporte en general, sino en todos los demás aspectos de la vida. Y es dialogante. Otra cosa fundamental. Él lo es.

Representa aire fresco para el atletismo español. Reconoce que la situación en la categoría absoluta es delicada, pero confía en el futuro. No quiere vender humo, sino enfrentar las cosas de cara y como son. Y así debe ser.

Lo suyo, al frente de la RFEA, no ha sido una revolución, sino una evolución. Copio sus propias palabras. En muchos casos, esto es lo más recomendable. Ha mantenido a muchas personas muy valiosas en la Federación y ha fichado a otras que van a rendir (de hecho ya lo están rindiendo) un gran servicio a este deporte, como Carlota Castrejana o Marta de la Revilla.

No sólo explicó las cosas que se están haciendo en la RFEA, los planes futuros, el análisis del presente… sino que pidió la opinión de los periodistas sobre todas las cosas en las que quisiéramos opinar. ¡Gran novedad! José María Odriozola nunca pidió la opinión de ningún periodista para nada. Y sé que tampoco se la pedía a la inmensa mayoría de sus colaboradores. Es lo que tiene creerse en posesión de la verdad absoluta y por encima del bien y del mal. Yo recuerdo que en Montecarlo, hace algunos años, riñó a algunos periodistas españoles simplemente porque no les había gustado el número musical que amenizaba la Gala anual de la IAAF.

Y a un compañero mío que fue a buscar unas declaraciones suyas tras una reunión en la sede federativa a propósito de algo de dopaje, le contestó: “Pregúntaselo a tu tía.” Y en su última Asamblea como presidente atacó al Diario As y a El País diciendo que éramos enemigos del atletismo. Confundía la crítica razonada hacia él con el odio a su deporte, cosa que molestó, lo sé, a la mayor parte de su equipo… aunque también es cierto que alguno le secundó. Los dictadores suelen hacer este tipo de cosas: confunden la crítica a su gestión (si puede hacerse, que pocas veces) con la crítica a su país. Hay ejemplos que no quiero mencionar.

Chapado ha devuelto la sensatez a la Federación Española. En ese desayuno con informadores, le dije que había hecho una revolución: que pudiéramos llamar al presidente de la Federación y que respondiera a la llamada. Es así siempre. Raúl sabe ver el papel fundamental que los medios de información tienen en la promoción de un deporte y sabe distinguir entre la crítica “que analizamos permanentemente” y la información, que todos los periódicos queremos dar lo mejor posible y en eso nos empeñamos, unas veces con más acierto que en otros.

Habrá críticas en el futuro a Raúl Chapado, estoy seguro, pero también estoy seguro de que no por ello nos va a vilipendiar. El atletismo ha entrado en una nueva frontera, muy de agradecer.