La dormilona

Por tres, por cuatro o saliendo por la puerta, el pádel ha llegado para quedarse como deporte profesional. Por ello, y porque lo mejor está por venir, este blog nace para analizar, valorar e informar sobre la actualidad del mundo de la pala. Pasen a la pista.

Autor: Alberto Bote

La Dormilona

La evolución del pádel femenino: de lo defensivo a lo ofensivo

Jugadoras como Alejandra Salazar, las gemelas Alayeto, Marta Marrero, Gemma Triay o Ariana Sánchez Fallada han elevado al pádel a un nivel antes inimaginable

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Mapi y Majo Sánchez Alayeto durante la final del Sevilla Open del World Padel Tour.
RAUL CARO CADENAS EFE

Aprovechando el parón que el World Padel Tour concede al Circuito femenino para viajar a Lisboa en el Portugal Padel Master, es buen momento para echar la vista atrás y valorar la evolución que está teniendo el pádel femenino desde hace unos años gracias, en gran medida, a la aparición y eclosión deportiva de jugadoras ofensivas.

Y es que hubo unos años en los que el pádel femenino fue tildado de conservador, táctico y estratégico. La predominancia del globo y la bandeja y la falta de definición llevó al aficionado a considerar el pádel femenino como un deporte monótono y tedioso y, paradójicamente, como el más cercano al pádel amateur por su falta de contundencia o capacidad de definición.

Pero eso ha cambiado. De hecho, la primera piedra la pusieron las que fueran durante varios años números uno, Carolina Navarro y Ceilia Reiter, esa pareja que mezclaba la consistencia en el juego que aportaba la argentina y la capacidad de sorprender de la malagueña. Las pioneras de un pádel moderno que ha evolucionado hasta llegar al equilibrio que da mezclar un jugador conservador con uno ofensivo. O dos ofensivos, según la pareja.

Nuevas jugadoras, nuevo estilo

La eclosión deportiva de Alejandra Salazar, Victoria Iglesias, Gemma Triay, Marta Marrero, Mapi y Majo Sánchez Alayeto o Ariana Sánchez Fallada, entre muchas otras, ha llevado al pádel femenino a un escalafón antes inimaginable. Gusta y se gusta. Se ve cada más y mejor.

Ya a no es extraño ver remates por tres, dormilonas, dejadas imposibles o golpes al alcance tan solo de los elegidos. El salto ha sido cualitativo y cuantitativo. El pádel femenino es más ameno, rápido y entretenido. Todo, sin perder un ápice de ese componente estratégico tan meticuloso y particular que conceden jugadoras como Lucía Sainz, Cata Tenorio, Eli Amatriaín o Marta Ortega, entre otras.

Un pádel modernizado que ha sorprendido a muchos y conquistado a casi todos. Un deporte cada día más consumido y con mayor agrado por el aficionado y cuyo techo es difícil de descifrar. Lo único cierto es que las gradas del World Padel Tour cada vez se llenan con mayor frecuencia para ver a las jugadoras del Circuito cuando antes los huecos en el graderío eran una tónica general. Y eso, es una gran señal.