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Contador a cero

Siempre he pensado que todos los cambios importantes de la vida son para bien. O al menos esa tiene que ser la actitud. Después de varios aperitivos, la temporada ciclista 2017 arranca este martes con el pistoletazo al World Tour en el Down Under. En las próximas fechas, muchos corredores aparecerán con nuevos maillots en sus respectivos debuts. Ya los han enseñado en entrenamientos y en actos oficiales. Uno de ellos será Alberto Contador, que desde el mismísimo 1 de enero ha mostrado esa actitud: el cambio al Trek-Segafredo tiene que ser para bien.

Apenas habían pasado unos minutos de ese 1 de enero cuando colgó un vídeo en las redes sociales para brindar por sus “nuevas ilusiones”, que relacionó con el maillot del Trek-Segafredo. En la escenografía había dos elementos que llamaban la atención: una copa de cava y el trofeo del Giro de Italia. Rápidamente muchos vinculamos ambos símbolos con su expatrón Oleg Tinkov, ese mismo que se dedicó a insultar a Contador en los últimos meses del año: “pato mareado”, “corredor de mierda”… La copa nos transporta a una frase del ruso: "Contador es una persona triste que nunca brinda con champán". Y el trofeo nos lleva a la victoria más importante del madrileño con los colores del Tinkoff. En la reciente entrevista que tuve con el ciclista de Pinto, el pasado viernes, le pregunté por este asunto, pero no quiso ahondar: “Soy una persona que borra rápido aquello que no le suma”.

A Alberto Contador se le nota liberado. Lo diga o no. En su encuentro con la prensa en Mallorca no paró de elogiar a sus nuevos compañeros, con Bauke Mollema a la cabeza: “Cuando hay un buen ambiente, cuando todos luchamos por los mismos objetivos, se ahorra muchísima energía”. El madrileño quiere poner el cuentakilómetros a cero: año nuevo, vida nueva. Desprende más tranquilidad, aunque aún se le escapen rencores como esas ácidas críticas a su antigua marca de bicicletas: Specialized. Contador está centrado en hacer un buen arranque de sesión y en preparar el Tour de Francia sin cometer los errores de otras campañas: “Quiero llegar más fresco, al cien por cien”. Evidentemente, cada temporada que pasa lo tiene más complicado, son ya 34 años, pero al menos se merece disputar la carrera en igualdad con sus rivales: sin caídas como las de 2014 y 2016 o sin saturaciones como la de 2015.

Ampliar

A cualquier empresa que invierta en deporte hay que darle las gracias por adelantado, aunque algunos patrones todavía no hayan aprendido que rebosar dinero no tiene que equivaler necesariamente a ser un tirano o un maleducado. El despido de Biarne Riis fue un error ‘empresarial’ del ruso, que dejó al grupo huérfano de la persona que mejor sabía coordinarlo. De nada le sirvió ser tan experimentado hombre de negocios. Luego también hay una norma que no siempre se cumple en algunas compañías: el respeto al trabajador. En definitiva, la imagen que ha dejado Tinkov de sí mismo es la de un mal gestor y la de un multimillonario caprichoso que se ha dedicado a alardear de riqueza. Eso sí: sus pavoneos no han evitado que al final haya dejado a 70 personas en el paro, por mucho amor que haya expresado por el ciclismo.

Eso ya es pasado para Contador y para el deporte. Así que miraremos al frente, a este nuevo pelotón tremendamente remodelado, a ese reestructurado calendario con el ampliado World Tour, a esos duelos Nibali-Aru o Froome-Quintana, a esos veteranos españoles Valverde-Contador que se resisten a rendirse… A esas clásicas cada vez más cercanas, a ese Giro del Centenario, al Tour, a la VueltaCuando las bicicletas echan a rodar, a mí se me sigue poniendo la piel de gallina. Por muchas cosas que cambien.