Seis metas en alto y mucho más
Sin apenas tiempo para haberse cansado, el pelotón del Giro de Italia descansó este lunes. La razón de esta jornada en blanco fue un traslado desde los Países Bajos al sur de Italia, donde este martes se ha retomado la carrera. La salida neerlandesa ha pagado 11 millones de euros, así que debemos suponer que ambas partes han rentabilizado ese periplo de tres etapas.
Ya en la bota itálica, el Giro continúa su andadura en una primera semana que acogerá, este jueves, la primera llegada en alto. Roccaraso no es una ascensión muy exigente, aunque en su palmarés figuren ciclistas de la talla de Coppi e Hinault. Pero dará alguna mínima pista y, de paso, romperá la tendencia de los sprints. Al hilo de esta meta en alto inaugural, el compañero Jesús Mariano Martín ha preparado una pieza en AS con las seis llegadas en subida de esta 99ª edición. Las hay de todas las categorías y colores, con la cronoescalada a Alpe di Siusi (22 de mayo) y con Risoul (día 27) como los puntos más exigentes, junto a esa penúltima etapa a Sant’Anna di Vinadio (día 28), en este caso no por su ascensión final, sino por los colosos precedentes: Vars, La Bonette y Lombarda.
Además de esas dos jornadas, también pueden dar juego otras dos: la del 14 de mayo, con 6,4 kilómetros de 'sterrato' en la subida a Alpe di Poti, a 18 km de la meta; y la del 20 de mayo, con cuatro puertos (dos de 1ª y dos de 2ª) y una última ascensión a Valle (6,2 km al 8,5%) a 14 kilómetros de la llegada.
Si tenemos en cuenta que uno de los grandes candidatos al triunfo es Vicenzo Nibali, uno de los mejores bajadores del pelotón, este tipo de recorridos puede abrir tanta brecha como una llegada en alto. Dependerá, como siempre, de la actitud de los ciclistas. O si no, que se lo pregunten a Tom Dumoulin, también presente aquí, que cedió la Vuelta a España ante Fabio Aru en la Sierra de Guadarrama. Empiezan las metas en alto, sí… Pero en este Giro hay mucho más. Seguiremos informando y comentando.