Enrique Martínez Heredia, una vida ligada al ciclismo
A 30 kilómetros de La Iruela, donde está situada la meta de hoy, se encuentra Huesa, una localidad de 2.600 habitantes de la comarca de Cazorla. Allí hay una calle llamada Enrique Martínez Heredia, en honor al ciclista de los años 70 que nació en el municipio jiennense, aunque emigró con sus padres a Madrid cuando sólo tenía 5 años. Hoy reside en Alcalá de Henares.
Martínez Heredia fue un ciclista con talento, con un inicio prometedor. En 1974 ganó el Tour del Porvenir y en 1976, en su primer año profesional, se llevó la Volta a Catalunya y el maillot de joven del Tour de Francia. Después no confirmó tanto estos resultados como esperaba, aunque obtuvo victorias de empaque como el Campeonato de España en 1978 o dos etapas de la Vuelta en 1980 (Viella) y 1982 (Sabiñánigo). “Me faltó que un técnico me hubiera frenado y hubiera llevado más despacio mi carrera”, apunta ahora el andaluz, que recuerda que en el año de su debut cubrió 150 días de competición y 40.000 kilómetros.
Heredia se formó en Madrid: “Con 15 años empecé en Ciudad Pegaso”. Pero también se le ponía “la carne de gallina” cuando corría por Jaén: “Siempre lo he llevado dentro”. Como ciclista recuerda una etapa entre la capital jiennense y Baza, en la que estuvo fugado: “Hacía un frío terrible, se retiró mucha gente”. En concreto, 15 ciclistas más otro fuera de control.
Tras sus nueve años de profesional, Heredia fue director técnico de la Federación de Madrid, que luego presidió. También fue seleccionador nacional y ganó un bronce con Miguel Indurain en Stuttgart 1991. En Alcalá tiene una tienda de bicicletas y colabora con el Club Iplacea y con el GP Macario: “Mi vida ha estado siempre ligada al ciclismo, he puesto mi granito”.
(LA RUTA DE LA VUELTA: Córdoba-Sierra de Cazorla, 6ª etapa)