El gran desafío de Contador
El Giro de Italia 2015 ya está en marcha. Y con él ha arrancado el gran desafío de Alberto Contador: el doblete Giro-Tour. Los grandes campeones del ciclismo ya lo han conseguido antes: Fausto Coppi (1952 y 1949), Jacques Anquetil (1964), Eddy Merckx (1974, 1972 y 1970), Bernard Hinault (1985 y 1982), Stephen Roche (1987), Miguel Indurain (1993 y 1992) y Marco Pantani (1998). Si bien es cierto que ya han pasado 17 años desde la última vez.
Por el mundillo ciclista circula una de esas afirmaciones que todos aceptan como absoluta: que en las fórmulas de preparación actuales, la Corsa Rosa supone demasiada carga para encarar luego la Grande Boucle. Pese a ello. el propio Bernard Hinault, entrevistado en AS por Juanma Leiva, recuerda que “hay separación suficiente entre las tres grandes vueltas según está configurado el calendario actual”. Al hilo de estas manifestaciones, Juan Mora, subdirector de este mismo diario, siempre amigo de los números, reveló un dato interesante en su columna: Hinault o Indurain lograron el doblete con 20 días de diferencia, y Pantani, que fue el último, lo hizo con 34, los mismos de los que va a disponer Contador.
El reto es difícil, claro, sólo hay que mirar los nombres de los antecesores para corroborarlo. Pero está al alcance. Contador siempre ha sido amigo de las gestas y esa es su motivación actual. Luego existen otras dos teorías que explicarían la presencia del Pistolero de Pinto en el Giro, que, como toda teoría, pueden ser acertadas o equivocadas. En cualquier caso, aquí las expongo para su conocimiento.
La primera es que Contador se habría apuntado al Giro para asegurar el primer disparo y salvar la temporada antes de llegar al Tour. La Corsa Rosa presenta a priori rivales de menor nivel que la ronda francesa. Aru, Urán y Porte son grandes ciclistas, pero con resultados todavía lejanos a los conquistados por Nibali, Nairo Quintana o Froome. El madrileño, que ya tiene 32 años, no rehúye nunca la batalla… Pero las batallas son cada vez más duras y encarnizadas ante rivales que gozan de una dulce edad para el ciclismo.
La segunda, a un plazo más largo, es que en el fondo de este desafío hay un desafío todavía mayor: las tres grandes vueltas. Partido a partido, a lo Simeone. Primero, el Giro. Después, el Tour. Y si lograra ganar ambas, Contador no perdería nada en inscribirse en la Vuelta a España para intentar una hazaña que nunca ha conseguido nadie. Es más, ese hito podría significar incluso su adiós al ciclismo: “Ahí lo dejo, señores”. Cuando a Alberto se le pregunta por esta cuestión, elude el planteamiento, sobre todo porque lo divisa demasiado lejos: “En agosto me veo de vacaciones”. Primero hay que pensar en mayo.