René Pottier, el primer escalador murió por desamor

La organización estaba preocupada aquel 1905. En la primera etapa, los detractores del Tour sembraron la ruta de clavos. Y lo mismo ocurrió en la segunda, entre Nancy y Besançon (299 km). La policía interceptó un coche con 100 kilos de clavos. Ese año, el Tour había declarado secretas las metas, para despistar a los manifestantes y para evitar los atajos de los ciclistas.

Pottier ascendió los 12 kilómetros del Balón de Alsacia en 40 minutos, a una media entre 18 y 20 km/h. Fue el único que no puso pie a tierra. En la cima cambió de bicicleta y se lanzó en solitario. En el control de Montbéliard, a 80 km, Hyppolyte Aucouturier firmó a tres minutos. “Le cazo antes de Besançon”, pronosticó El Terrible con acierto. Pottier había sufrido una avería, sus neumáticos estaban pinchados. Su rival, que le prestó uno de respuesto, le aventajó en diez minutos. Pottier se situó líder, pero en la siguiente etapa abandonó con una tendinitis.

Pottier regresó en 1906 para arrollar: cinco etapas y el triunfo final. En la tercera se volvió al Balón de Alsacia, que dominó otra vez para vencer en Dijon con 48 minutos sobre Passerieu.

Nadie imaginaba que solo le quedaban seis meses de vida. Durante aquel julio glorioso, su mujer le engañaba con otro. Pottier no superó la infidelidad y el 21 de enero de 1907 apareció ahorcado en su garaje, en el gancho donde colgaba su bicicleta. Henri Desgrange, el creador del Tour, colocó una placa en su honor en el Balón de Alsacia.