Ion Izagirre, de 25 años, sucede en el palmarés del Campeonato de España a Jesús Herrada, de 23. El dominio del ahora equipo Movistar es tan absoluto (ha vencido en siete de las ocho últimas ediciones) que se puede permitir incluso elegir ganador. El pasado viernes inscribió a seis corredores en la contrarreloj y coparon los seis primeros puestos, con Alejandro Valverde al frente. El murciano aspiraba este domingo al doblete en Ponferrada, pero prefirió ceder la victoria a un compañero que en unos días tendrá que trabajar para él en el Tour de Francia. Izagirre se había quedado con la espina clavada el pasado año, cuando siendo ciclista del Euskaltel se vio batido por Herrada. Ahora se ha desquitado. El vasco y el conquense son dos de las principales joyas de futuro del ciclismo español: el Movistar apuesta por el porvenir. Está en su ADN.

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Izagirre estrenará el maillot de campeón nacional en el Tour, pero posiblemente no se distinga mucho de la vestimenta de sus compañeros. Es una peculiaridad ‘made in Echávarri & Unzué’ desde la época de Miguel Indurain. Cuando el navarro ganó el Campeonato en Oviedo en 1992, después de un despiste de Jon Unzaga, que levantó los brazos antes de tiempo, el entonces equipo Banesto le diseñó un maillot donde apenas se apreciaban unas franjas rojigualdas, además de las mangas. La polémica fue tan grande que incluso se especuló con motivos políticos, pero la única realidad era publicitaria. Echávarri lo tenía claro: “Banesto paga”. Y esa misma batalla la llegó a extender ese año contra la dirección del Tour de Francia, a la que amenazó con un plante porque sus azafatas estaban adiestradas para tapar hábilmente en el podio la palabra Banesto con los leones de la competencia de Credit Lyonnais. El ciclismo siempre se ha nutrido de las marcas comerciales. Ellas mandan.

Entiendo las razones que llevan a disimular aquellos colores que no son los corporativos pero, personalmente, a mí me gustan más los maillots de campeones nacionales de toda la vida. No soy partidario de banderas, porque entiendo que dividen más que unen, pero en este caso me inclino más por la tradición… Una tradición que en España se ha diluido.