Valerie Adams.

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En la Diamond League de Roma, el pasado 5 de este mes, la neozelandesa Valerie Adams consiguió una nueva victoria en lanzamiento de peso. La número 49 de una racha que no tiene parangón en el atletismo actual. Entre los atletas de élite en activo nadie es capaz de vencer en ese casi medio centenar de competiciones, de forma consecutiva y contando sólo las finales, sin tener en cuenta las calificaciones. Ni siquiera Usain Bolt. Sigue la estela de otros invencibles: Yolanda Balas (140), Edwin Moses (122), Parry O'Brien (116) y Carl Lewis (65).

La estadística sobre Valerie Adams la ofrece The International Track and Field Annual, editado por el ilustre estadístico Peter Matthews: 46 hasta marzo de este año, más tres competiciones posteriores. Un ejemplo de un grandísimo dominio en una prueba que no goza de la relevancia de otras, pero que es sacrificada (mucho más de lo que parece), bella y espectacular.

Pocas veces veremos a un lanzador en un gran titular, pero algunos se lo merecen, y mucho. Es el caso de esta colosal mujer de 29 años, 1,93 metros de estatura y 123 kilos de peso, capaz de lanzar la bola a más de 21 metros de distancia, aunque en este 2014 su mejor registro sea, por ahora, de 20,46 (Wellington, 29 de marzo).

Su última derrota se produjo el 5 de agosto de 2010, en Estocolmo. En la capital sueca lanzó 19,79 metros, que le valieron para clasificarse segunda, por detrás de Nadzeya Ostapchuk, que llegó a 20,63. En los Juegos Olímpicos de Londres 2012 también venció en principio la bielorrusa, con 21,36 metros, pero fue descalificada posteriormente por dopaje y la medalla de oro pasó a colgarse del cuello de Valerie Adams (20,70). Se la entregó el gobernador general de Nueva Zelanda, sir Jerry Mateparae, el 19 de septiembre de 2012, en Auckland.

ADAMS, EN DATOS

Nació el 6 de octubre de 1984, en Rotorua, una ciudad de unos 125.000 habitantes, contando el área metropolitana, situada en la Isla del Norte, en Nueva Zelanda, centro turístico con aguas termales y géiseres. 

Su padre (Sydney Adams) nació en Inglaterra y su madre (Lilika Ngauamo) en Tonga. Su progenitor se quedó en Nueva Zelanda tras servir en la Royal Navy británica y tiene en total 18 hijos con cinco mujeres diferentes.

Uno de sus hermanos, Steve Adams, juega en la NBA, concretamente en los Oklahoma City Thunder en la posición de pívot. Mide 2,13. Otros dos hermanos brillan en la liga neozelandesa de baloncesto.

Estuvo casada entre 2004 y 2010 con Bertrand Vili, lanzador nacido en Nueva Caledonia, con marcas de 17,81 en peso (año 2002) y 63,66 en disco (1999), que lanzaba por Francia. Durante su matrimonio compitió como Valerie Vili, y recuperó el apellido paterno de Adams tras el divorcio.

Ya tuvo una buena racha victoriosa previa a la actual: 28 triunfos consecutivos entre septiembre de 2007 y marzo de 2010, en que fue plata en el Mundial en pista cubierta de Doha.

Está entre los nueve atletas que han ganado los títulos mundiales juvenil, júnior y absoluto. Los otros ocho son los jamaicanos Usain Bolt (200) y Veronica Campbell-Brown (100), el surafricano Jacques Freitag (altura), la rusa Yelena Isinbayeva (pértiga), el granadiense Kirani James (400), las australianas Jana Pittman (400 mv) y Dani Samuels (disco) y el alemán David Storl (peso).

Es miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días, que tiene su base en Salt Lake City (Estados Unidos), de carácter mormón y que posee un templo en Moratalaz (Madrid), al lado de las pistas de atletismo.

Se entrena habitualmente en Suiza.

Sus preparadores han sido Kirsten Hellier, ex jabalinista, entre 1998 y 2010, y desde abril de ese año Didier Poppe.

VALERIE ADAMS, AÑO A AÑO

1999: 10ª en el Mundial Juvenil de Bydgoszcz

2001: Oro en el Mundial Juvenil de Debrecen

2002: Oro en el Mundial Júnior de Kingston

2003: 5ª en el Mundial de París

2004: 4ª en su grupo de calificación en los Mundiales en sala de Budapest y 7ª en los Juegos Olímpicos de Atenas

2005: Bronce en los Mundiales de Helsinki

2007: Oro en los Mundiales de Osaka 

2008: Oro en los Mundiales en pista cubierta de Valencia y en los Juegos Olímpicos de Pekín

2009: Oro en los Mundiales de Berlín

2010: Plata en los Mundiales indoor de Doha

2011: Oro en el Mundial de Daegu

2012: Oro en los Mundiales en pista cubierta de Estambul y en los Juegos Olímpicos de Londres

2013: Oro en los Mundiales de Moscú

2014: Oro en los Mundiales en sala de Sopot

Resumen de medallas

Juegos Olímpicos: Dos oros

Campeonatos Mundiales: Cuatro oros y un bronce

Mundiales en pista cubierta: Tres oros y una plata

Mundiales Júniors: Un oro

Mundiales Juveniles: Un oro

PROGRESIÓN

1999: 14,83

2000: 15,72

2001: 17,08

2002: 18,40

2003: 18,93

2004: 19,29

2005: 19,87

2006: 20,20

2007: 20,54

2008: 20,56

2009: 21,07

2010: 20,86

2011: 21,24

2012: 21,11

2013: 20,98 en pista cubierta y 20,90 al aire libre

2014: 20,67 en pista cubierta y 20,46 al aire libre

OTROS ‘INVENCIBLES’

A lo largo de la historia del atletismo ha habido atletas casi imposibles de batir. Sin ánimo de ser exhaustivo, aquí hay algunos ejemplos:

Yolanda Balas: La rumana, llamada La Mujer Tijera, porque saltaba altura a tijereta, ganó 140 competiciones consecutivas entre 1956 y 1967. Batió catorce récords mundiales y llevó la plusmarca de 1,75 metros (1956) a 1,91 (1961).

Edwin Moses: Logró 122 victorias consecutivas en 400 metros vallas entre 1977 y 1987 (nueve años, nueve meses y nueve días de imbatibilidad), hasta que fue batido en el ahora derruido Estadio de Vallehermoso, en Madrid, por el también estadounidense Danny Harris: 47.56 por 47.69. Los organizadores habían pagado dos millones de pesetas de la época a Moses y sólo 250.000 a Harris. Posteriormente, éste cayó en el dopaje y en las drogas.

Parry O’Bien: Californiano, nacido en Santa Mónica, perfeccionó el estilo lineal de lanzamiento de peso, que ahora libra una dura batalla con el giratorio. Estuvo imbatido 116 competiciones seguidas y llevó el récord mundial desde los 18,00 (1953) hasta los 19,30 (1959).

Carl Lewis: Sumó 65 victorias seguidas entre 1981 y 1991. El 30 de agosto de ese año se quebró la racha, cuando perdió ante el también estadounidense Mike Powell en los Mundiales de Tokio 1991, en la mejor competición de la historia: 8,95 para Mike, récord del mundo aún vigente, y 8,91 (viento a favor) de El Hijo del Viento. “Nunca pensé que saltando más que Bob Beamon (8,90 en los Juegos Olímpicos de México 1968) iba a quedar segundo”, declaró Lewis al término de la prueba.

Y los estadísticos clásicos hablan de la imbatibilidad del australiano Herb Elliott en los 1.500 y la milla, que no perdió nunca en la élite, aunque no consigo encontrar el número exacto de pruebas victoriosas consecutivas. Ganó en los Juegos Olímpicos de Roma 1960 con 3:35.6, récord mundial.