Gilbert, Valverde y Gerrans: la dictadura de los ‘uphill finishers’
Me pongo a escribir unas horas después de que haya terminado la Lieja-Bastoña-Lieja y el poso que me ha dejado no tiene el regusto que merece una carrera como La Decana. Siempre he visto la clásica belga como la más espectacular del calendario junto a los dos colosos del adoquín, Tour de Flandes y París-Roubaix. Por eso el desarrollo y el desenlace no me han parecido a la altura. Sí el ganador, porque Simon Gerrans es un ciclista mayúsculo, y también el podio, con Alejandro Valverde (el mejor en el conjunto del Tríptico de las Ardenas) y Michal Kwiatkosvki.
En los últimos años se utiliza mucho un término que no existía en la época, no tan lejana, en la que yo cubría más de cien días anuales de carreras ciclistas. Me refiero a los ‘uphill finishers’. La traducción sería algo así como ‘llegadores en cuesta’. La paulatina toma del ciclismo por la cultura anglosajona nos está dando grandes corredores, grandes equipos y también nuevas palabras o conceptos. Entiendo que esos ‘uphill finishers’ se pueden dividir en dos categorías: los velocistas que multiplican sus prestaciones en metas en pendiente, como Sagan o Freire, o los ciclistas que dominan las subidas con grandes porcentajes, como es el caso de Purito, Valverde, Gilbert o Gerrans. No es una especie nueva de corredor, siempre ha existido (digamos, por ejemplo, Jalabert), simplemente se le ha cambiado el nombre.
Introduzco el concepto de ‘uphill finisher’ para entender lo que ha pasado en las clásicas de las Ardenas y especialmente en la Lieja. A cualquier corredor con ese punch final le interesa llevar la carrera lo más bloqueada posible. No esperamos otra cosa en la Flecha Valona, una carrera que se reduce prácticamente al kilómetro final, pero el recorrido de La Decana ofrece muchas más posibilidades para aquellos que no pueden aspirar a la victoria cuando llegan a una cuesta junto a estos rematadores. Supongo que no he sido el único decepcionado por el desenlace, y creo suponerlo bien porque he leído muchas reacciones en las redes sociales. Como ejemplo, voy a reproducir lo que escribió Martín Perdiguero en Twitter cuando faltaban cinco kilómetros: “Demasiada gente, yo recordaba la #LBL mucho más dura y selectiva…”. Amén.
Insisto en que no cuestiono a los ganadores, que han jugado sus bazas con brillantez. Gilbert (Amstel), Valverde (Flecha Valona) y Gerrans (Lieja) son clasicómanos de enjundia. El murciano, además, ha sido cuarto, primero y segundo, respectivamente, en las tres carreras, lo que demuestra su solidez en este territorio. Ellos, tres ‘uphill finishers’, se repartieron el reinado gracias a su clase y a la labor de sus equipos. Pero también por la escasa persistencia y la nula estrategia de sus rivales.