Estás leyendo

Kubala-Oliva, ‘el Caso K.O.’

Kubala-Oliva, ‘el Caso K.O.’

El 5 de abril de 1953 el Real Madrid visitó Les Corts, el viejo campo del Barça. A cinco jornadas del final, la cabeza de la Liga está apretada: Valencia, 35 puntos; Español, 34; Real Madrid, 33; Barcelona, 32… De modo que lo que tenemos en Les Corts es un partido entre dos aspirantes. En el Madrid aún no está Di Stéfano, pero tiene un paquete de grandes jugadores. Juanito Alonso, Navarro, Muñoz, Zárraga, Olsen, Pahíño, Molowny… El Barça, nucleado en torno a Kubala, es el campeón, ha hecho doblete el curso anterior. Es aquel Barça de la delantera que cantó Serrat: Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón. Arbitra Juan Gardeazábal, debutante en Primera División esa temporada. Era su primer partido de tanta envergadura. El tiempo hará de él el mejor árbitro español de siempre, según criterio general. Fue el único español que llegaría a arbitrar en tres Mundiales y se retiraría cargado de prestigio.

Pero ese día tomó una decisión muy polémica. El partido había empezado con cierta normalidad, juego de ida y vuelta y mejor el Barça, que en el minuto 15 marca por medio de Moreno. No mucho después, Gardeazábal advierte un altercado entre Kubala y Oliva. El azulgrana ha hecho una tijereta y casi golpea a Oliva, que se queja. Discuten, se zarandean, se golpean… Gardeazábal, que ha seguido el juego, se vuelve, les ve en plena faena y expulsa a ambos. El partido queda nervioso y alterado, se hace más duro. El público culé se ha inquietado por la expulsión de Kubala, sobre el que se teme que caiga una sanción que debilitaría al Barça en el decisivo tramo final. Encima, Basora y Manchón renquean por duras entradas sufridas. ¡Parece que el Barça se va a quedar sin delantera para la inminente visita al Español!

El partido acaba así, 1-0, tras dos paradones de Velasco en el último minuto. El Barça, que ha acabado exhausto, adelanta al Madrid en la tabla. Pero en los vestuarios de lo que se habla es del incidente. Samitier, secretario técnico del Barça, repite indignado que Oliva le ha llamado “extranjero” a Kubala. “¡Eso no tiene explicación! ¡Kubala es español como el que más! ¡Él es español porque lo ha elegido!” Oliva, que es catalán y ha pedido permiso al Madrid para quedarse en Barcelona hasta el martes, quita hierro al asunto y declara: “No hubo agresión entre Kubala y yo, sólo un forcejeo”. Sus palabras serán luego invocadas en el Comité.

Y empieza una feroz batalla de despachos. Desde Barcelona se trata de minimizar el asunto como un intercambio de empujones que no podría ser calificado más que como desconsideración mutua. Según esa versión, Gardeazábal se habría precipitado en la expulsión, sería más lo que habría creído ver que lo que vio, los jugadores no merecen otro castigo que una multa. Desde Madrid, se pone énfasis desde el mismo día del partido en que Gardeazábal ha hecho constar en el acta “agresión mutua”. No se trataría de empujones, sino de bofetadas.

En aquel tiempo, la agresión se sancionaba con de cuatro partidos a ocho; repelerla, con de dos a cuatro. Los cuatro partidos que le quedaban al Barça eran de aúpa, sobre todo los dos primeros: Español, Valencia (otros dos aspirantes), Valladolid y Atlético de Bilbao. Quedarse sin Kubala para los cuatro, o incluso para los dos primeros, es una catástrofe. Para el Madrid, Oliva es menos estratégico y el calendario que le queda es más amable: Santander, Zaragoza, Real Sociedad y Celta. Kubala es el mejor jugador del campeonato sin discusión, Oliva sólo es el central titular del Madrid. Una doble fuerte sanción interesa al Madrid, que no tienen el menor interés en proteger a su jugador y se le nota. Un poco como reza ese proverbio persa, en el que sale un genio de la lámpara y le dice a su liberador que puede pedirle un deseo, pero al tiempo le advierte que a su enemigo le dará el doble.
—Que yo me quede tuerto—.

La tijereta de Kubala ante Oliva que provocó la polémica entre los dos grandes.

Alfredobn

El miércoles, MARCA lleva en portada copia del acta manuscrita de Gardeazábal, que es inequívoca: “A los veinte minutos del primer tiempo, expulsé a los jugadores Ladislao Kubala Stecz, del C.F. BARCELONA, y Joaquín Oliva Gomá, del REAL MADRID por agredirse mutuamente con la mano, no pudiendo apreciar de quién partió la agresión”. Del acta había cuatro copias: una en la Federación, otra en el Colegio de Árbitros y dos en los clubes contendientes. Nadie tiene duda de que la copia publicada procede del Madrid. Español y Valencia están alineados también, obviamente, con la sanción dura. Ellos ganan por las dos partes, por la de Kubala y la de Oliva. Los ánimos se calientan en todas las partes implicadas, el tema se debate en la calle.

Acta en mano, son al menos cuatro partidos para cada uno de los protagonistas del que ya se llama a esas alturas Caso K.O. Pero en esas, Francisco Ramón Cenarro, miembro del Comité de Competición y delegado federativo en el partido, tercia con unas declaraciones polémicas: “Si sólo tuviéramos que fijarnos en los informes arbitrales para sancionar, ¿de qué serviría el Comité de Competición?”. Cenarro es personaje españolista, incluso había sido cinco años antes presidente del club, y su intervención indigna al mundo perico. Hace tiempo que se sabe que ha rebotado con los que en ese momento llevan el Español, pero nadie esperaba de un ex presidente algo así. ¡El Español tenía que recibir al Barça el domingo siguiente, y aspiraba al título!

Por su parte, Eulogio Aranguren, presidente del Comité de Árbitros y jugador del Madrid antes de la guerra, defiende el peso de carga de toda acta arbitral.

El jueves se reúne el Comité, a las siete de la tarde. La reunión dura más que de costumbre, hasta las nueve y media. Cuando acaba, salen apresuradamente, sin atender a la prensa, y remitiendo a una nota que “se entregará en breve”. La nota colma las expectativas del Barça: se amonesta a Oliva y se amonesta y multa a Kubala por “incorrección y desconsideración mutua”. Multa para Kubala, no para Oliva, lo que no se explica sino como un deseo forzado de disimular el favor. Hay más: en la misma jornada se habían pegado Becerril y Puchades en el Valencia-Málaga. Acogidos al revuelo, se salvan también de la suspensión. Para ambos también la cosa queda en amonestación y multa. ¡Sólo faltaba que hubieran suspendido al valencianista Puchades después de exonerar a Kubala! ¡Hubiera sido inimaginable!

El caso provocó un pequeño seísmo. Trascendió luego que la decisión había llegado por tres votos a favor, dos en contra y una abstención. Eulogio Aranguren dimitió a la mañana siguiente como presidente de los árbitros y de su puesto en el Comité de Competición. A los pocos días caería el Comité de Competición en pleno, vencido por el descrédito que le provocó esa decisión.

Kubala jugará los cuatro partidos restantes, el Barça los ganará, y con ellos, la Liga. También ganará la Copa. Segundo doblete consecutivo. Francisco Ramón Cenarro llegaría cuatro años después a la presidencia de la Federación Catalana gracias al apoyo del Barça.


3 Comentarios

Mostrar
avatar

yo

Cenarrorato?

El Barça robaba hasta cuando mandaba el señor bajito. Tuvo que venir ese club señor con su presidente Santiago y cierra esp..., digo Santiago Bernabeu a extirpar el mal y llevarse todos los trofeos durante 20 años

Sin duda, señor Relaño, sin duda...

10/30/2013 09:42:27 PM

avatar

Almudena Mohedano

O sea, que los robos del Barcelona, perpetrados en compañía de los árbirros, en unas ocasiones, y del Comité de Competición, en otras, no son sólo cosa de ahora, sino que también pasaban durante esa dictadura franquista en la que dicen que eran tan perseguidos.

10/31/2013 12:57:59 AM

avatar

Pícaro y luso.

Eso del robo es el nuevo trovo de la era Floren. Es el antídoto del "así gana el madrid".

11/02/2013 12:58:39 AM