Horner resiste a Nibali en el Angliru y sentencia la Vuelta
Kenny Elissonde, un francés de 22 años, se ha convertido en el sexto vencedor en la mítica cima del Angliru tras rematar una larga escapada. Entró emocionado, roto. Pero seguramente la publicidad de su hazaña quedará en un segundo plano cuando las crónicas comiencen a relatar lo que ocurrió por detrás… Y lo que sucedió fue un duelo entre un campeón contrastado, Vincenzo Nibali, y el sorprendente cuarentón Chris Horner. El ‘Tiburón’ pegó una, dos, tres, cuatro… hasta cinco dentelladas. Pero el abuelo resistió un ataque tras otro. El italiano pagó al final su valentía, se descolgó a un 1,5 km de la cima, y Horner cruzó la meta del coloso asturiano como vencedor de la Vuelta a España 2013. A sus 41 años (cumplirá 42 el 23 de octubre), el estadounidense se erige como el más viejo ganador de una gran ronda en la historia de ciclismo.
La etapa había arrancado con una escapada numerosa de 32 valientes, que combinaba a soñadores en la lucha por la victoria de su vida, como acabaría confirmando Elissonde, con obreros del pedal que tenían que servir de puente a sus líderes. El Astaná de Nibali metió a Grivko, Fuglsang y Tiralongo; el Movistar de Valverde, a Intxausti y Erviti; y el Katusha de Purito, a Kozontchuk y Vicioso (Katusha). Por si acaso. El líder Horner no colocó a nadie del RadioShack: mejor ir arropado por detrás, debió pensar. En la subida final, como demostraría después, tampoco necesitaba a nadie.
La Vuelta estaba en juego. Nibali cambió el guión en el Angliru. Cuando todos esperaban un ataque de Purito, crecido tras su victoria del día anterior en el Naranco, fue el ‘Tiburón’ quien arrancó a 6 kilómetros de la meta en busca de Fuglsang y Tiralongo, que rodaban por delante, y de la gloria. Esa distancia en un gran puerto, y en concreto en el Angliru, es un mundo. Horner respondió. Esa vez y las cuatro restantes: la última de ellas, en la Cueña de las Cabres, en el tramo más extremo, en el 23,5%. Donde otros se conforman con sobrevivir, el italiano logró arrancar. Fue emocionante. Pero el final de la historia sí estaba escrito: Horner ha sido el ciclista más fuete de la carrera y finalmente, a 1,5 km de la cumbre, abandonó la incordiosa compañía de su rival y paseó sus más de cuatro décadas hacia el triunfo en la Vuelta a España 2013. Nibali lo había dado todo.
Elissonde une su nombre a la leyenda del Angliru, en cuya cima ya habían dejado su sello: Chava Jiménez (1999), Gilberto Simoni (2000), Roberto Heras (2002), Alberto Contador (2008) y Juanjo Cobo (2011). Ya tiene un sitio entre los grandes. Al igual que Vincenzo Nibali, ese valiente. Y, por supuesto, que Chris Horner, ese devorador de hamburguesas, ese liberador de cuarentones… Ese campeón tardío, pero de sonrisa fresca. El deporte es superación... Al menos eso queremos pensar.
(Mi crónica de la penúltima etapa de la Vuelta)