Antes de explicar mis razones, quiero recordaros que esto es
un blog. Si fuera una sección informativa dentro de la web de AS, tendría que
ser mucho más comedido. En un blog puedo permitirme el lujo de tirarme más a la
piscina, dar opiniones sin temor a que pocos días después la realidad me
desmienta e incluso soltar algunas machadas o escandalizar para que todos exclaméis
un “¡¡Hala!!”. Vamos, que yo aquí digo lo que me parece en cada momento y los
que me leéis desde hace años sabéis de sobra que ni saco pecho cuando acierto
ni me escondo cuando me confundo. Simplemente creo que estos artículos son un
buen punto de partida para que los recién llegados conozcan mejor la NFL y los veteranos tengan
temas que debatir.
No creo que esté haciendo de menos a los Niners. Parto de
una premisa que ya he escrito en muchas ocasiones. Me horroriza que un equipo
que ganó la Super Bowl
con Montana y con Steve Young, lo pueda hacer con Alex Smith. No estoy diciendo
que no quiera que la gane con él a los mandos. Simplemente pienso que tiene un
punto herético. Que la cuna de la West Coast,
el emparrillado sobre el que se fabricó el prototipo de los QBs modernos, pueda
ganar el título con un individuo tan triste me resulta antinatural. Lo de Jeff
Garcia tenía un pase (para Terrell Owens no), pero lo de Smith es demasiado
para mi frágil corazón. Así que no es que tenga ojeriza a los Niners, es que no
me hago a la idea de que el mundo evolucione y a mí me salgan cada vez más
canas donde habita cada vez menos pelo.
Luego está el asunto de si las defensas ganan campeonatos. Como
sabéis, siempre he pensado que esa es solo una frase bonita. La defensa de los
Ravens ganó una Super Bowl para que algunos convirtieran una excepción en
regla. Volveré a negar las veces que haga falta que los Bucs fueran el mismo
caso. Es más, los Bucs campeones fueron la confirmación de mi teoría. En la NFL hay algunos QBs que son joyas
escondidas y que solo necesitan confianza para demostrar su potencial (por
supuesto, excluyo a Alex Smith de esa lista). Y no voy a negar que aquella
tarde, que viví en la grada del estadio de San Diego en una experiencia
irrepetible, yo iba a muerte con Gannon y sus Raiders.
Por último, desconfío de los equipos que empiezan a muy alto
nivel desde el primer día. Creo que los Niners están jugando lo mejor que
pueden. Me puedo equivocar. Siempre puede aparecérsele un hada madrina a Alex,
regalarle unos zapatitos de cristal y transformarle en Terminator al grito de “I’ll
be back”. Pero tendría que ser un a hada madrina cojonudísima. La temporada es
larga y creo que dos o tres lesiones inoportunas pueden hacerle mucho daño a
este equipo. El ejemplo de los Texans está demasiado cerca. Y sí, los de
Houston también han empezado demasiado fuerte y solo pueden mirar hacia abajo.
Año tras año, el Vince Lombardi termina en manos de esos que alcanzan su cenit
en el mes de diciembre por muy de abajo que vengan.