La imagen del día en la contrarreloj del Dauphiné fue ver a Cadel Evans apretar los dientes y sufrir de lo lindo para no vivir la humillación de ser doblado por Bradley Wiggins. El australiano sabe que hubiera sido un golpe moral no sólo para esta ronda, sino para el futuro Tour de Francia, donde ambos partirán el 30 de junio como los grandes favoritos junto a Andy Schleck.
Wiggins arrasó en una contrarreloj de 53,5 kilómetros que se disputó en condiciones durísimas por el viento lateral. Sacó 34 segundos y 1:11 minutos, respectivamente, a dos especialistas como Tony Martin y Michael Rogers, mientras que Cadel Evans quedó desplazado a 1:43. El primer español fue Luis León Sánchez, décimo a 1:53.
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En uno de esos calentones que me dan últimamente cuando estoy disfrutando de alguna exhibición, comparé en Twitter a Brad Wiggins con el ‘Extrarrestre’ Indurain de 1992. Seguramente me excedí, porque el dominio del navarro en aquella famosa contrarreloj de Luxemburgo fue mucho mayor: aventajó en tres minutos exactos al segundo clasificado, Armand de las Cuevas, y en 3:41 al siguiente, Gianni Bugno. Al día siguiente, en la prensa española y francesa se utilizaban términos como ‘Cohete’, ‘Ciclón’ o ‘Extrarrestre’. Fue, quizá, la mayor demostración que dio nunca Miguel, aunque dos años después también arrasaría en Bergerac.
Quizá me he excedido en la comparación, insisto, pero no en el hecho de que estamos ante un ciclista dominador en la crono, al estilo de lo que era Indurain. Wiggins, además, supera bien la montaña y tiene posiblemente el mejor equipo, un Sky donde también lució Chris Froome (sexto, a 1:33). Esta temporada ha ganado ya la París-Niza, en marzo, y el Tour de Romandía, en abril. Y si hemos de buscarle algún defecto, quizá sea que no sabemos si podrá mantener este altísimo nivel durante el mes de julio.
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La mención a Indurain también me hice sentir nostalgia de los tiempos en los que los españoles dominaban la contrarreloj, tanto con Miguel como con Abraham Olano. Ahora estamos lejos de los Wiggins, Martin, Rogers o Cancellara… Y en el futuro se avista una sequía mayor si se confirma la galáctica proyección de dos ‘pipiolos’ de 21 años: el holandés Wilco Kelderman y el australiano Luke Durbridge, cuarto y séptimo en esta crono de Bourg en Bresse.
Citaba también a Andy Schleck como tercer favorito para el Tour. En esta contrarreloj sufrió una temprana caída en el kilómetro 12 que le desplazó a 10:47 minutos, una referencia que de momento no sirve para nada. Entre este accidente, la supuesta lesión de rodilla que sufrió en mayo y su apatía general, pocas conclusiones podemos sacar hasta ahora sobre el luxemburgués.
