El examen de septiembre
Creo que fue José Miguel Echávarri, tan amigo de los juegos de palabras y de las sentencias ocurrentes, el primero que dijo aquello de que “los que han suspendido en julio tienen que aprobar en septiembre”. No sé si las pronunció cuando envió a la Vuelta a España a Miguel Indurain en 1996 contra su voluntad o antes de aquello... No lo recuerdo. Pero la frase ya es un tópico del ciclismo. Y aunque la ronda ha ido tomando su propia personalidad desde su traslado de fechas allá por 1995, no es menos cierto que algunos de los que han triunfado aquí lo han hecho rebotados del Tour de Francia: bien porque se lesionaron en plena carrera, o bien porque no la pudieron correr por circunstancias diversas. Ahí están los ejemplos de Ullrich (1999), Vinokourov (2006) o Contador (2008).
Hago un repaso a la participación de la Vuelta a España 2011 y encuentro a varios corredores en circunstancias similares. Ahí tenemos al Geox con Denis Menchov y Carlos Sastre, un equipo que no fue invitado al Tour. O a Bradley Wiggins y Van den Broeck, que afrontaron la Grande Boucle con el podio como objetivo hasta que las caídas les mandaron a casa. Es el mismo caso de Brajkovic, de Klöden y de su gafado RadioShack, tan propenso a rodar por los suelos franceses. No todos ellos estarán en la puja por la clasificación general, pero seguro que alguno se mete en la pelea. Yo apunto a dos: Wiggins y, sobre todo, Brajkovic. Pura corazonada. Ya veremos.
Pero la Vuelta se ha convertido en los últimos años en mucho más que en el coche escoba del Tour. Dos de los máximos favoritos, Igor Antón y Purito Rodríguez, renunciaron a la ronda francesa para volcar sus aspiraciones en la última grande del año. Ambos eligieron otra hoja de ruta, vía Giro de Italia, donde el vasco además se adjudicó uno de los premios gordos en el Monte Zoncolan, un día antes de que su compañero Mikel Nieve reinara en el etapón de Gardeccia Val di Fassa. Sabor Euskaltel.
Vincenzo Nibali también siguió la senda rosa en 2010 y, tras finalizar tercero en el Giro, se adueñó del primer maillot rojo de la historia de la Vuelta. El ‘Tiburón del Estrecho’, que este año volvió a subirse al mismo peldaño en Italia, llega con la misma idea en 2011: “Mi motivación y mi ambición son las de un corredor que quiere ganar la Vuelta. Regreso con bellísimos recuerdos de esta carrera”. En idéntica situación arriba Michele Scarponi, segundo del Giro, aunque este caso genera en principio más dudas.
La participación se redondea con otros ilustres en diferentes lides como Freire, Cavendish, Petacchi, Cancellara, Boonen, Chavanel, Moncoutie o el imponente Sagan. Entre todos, por unas causas o por otras, forman un elenco de partida muy prometedor para la Vuelta. Si a eso le unimos un atractivo y moderno recorrido, creo que podemos disfrutar mucho de esta ronda, que se presenta como mucho más que un examen de septiembre.