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La cumbre más española

Pedaladas

Vamos a hablar de ciclismo, pedalada a pedalada. De sus gestas y de sus miserias. Desde mi experiencia como periodista en treinta grandes vueltas y en otras múltiples batallas...

Autor: Juan Gutiérrez

La cumbre más española

Aquellos que nos enganchamos al ciclismo en los años ochenta con el Reynolds y las pericadas (los que Juanma Trueba llama en sus crónicas “los ochenteros”), tenemos mitificada la llegada a Luz Ardiden gracias al triunfo de Pedro Delgado en 1985. Era la primera vez que se llegaba a esta cima pirenaica en el Tour y el segoviano venció tras un ataque en cadena del Seat-Orbea, con Pepe del Ramo (hoy propietario de la empresa de cascos Catlike) coronando el Aspin y Peio Ruiz Cabestany haciendo lo propio en el Tourmalet. Fue un triunfo épico, regado por la niebla.

Perico

El siguiente español en imponerse en Luz Ardiden en el Tour fue Lale Cubino en 1988. El escalador bejarano es el rey de esta cima, porque venció allí tres veces: las otras dos en el Tour del Porvenir y en la Vuelta a España. Luego vino Miguel Indurain en 1990, en un triunfo que, como nos contaba Chema Bermejo en AS en su sección La Ruta del Tour, fue el anuncio de lo que llegó después: cinco victorias consecutivas en la Grande Boucle.

Después se alzó Roberto Laiseka, ya en 2001. Una gran gesta en plena dictadura de Armstrong que supuso la primera victoria del Euskaltel en el Tour, en una ascensión inundada de ikurriñas. Por eso es tan simbólico que en este 2011, diez años después, el relevo en la cima pirenaica la haya tomado otro corredor del equipo vasco: Samuel Sánchez. El campeón olímpico estrenó así su palmarés en la ronda francesa. Y lo hizo con premio extra: el maillot de lunares.

Samuel

El Gran Premio de la Montaña fue en otros tiempos territorio español: Vicente Trueba ganó la primera edición en 1933, y luego le imitaron Berredendero, Loroño, Bahamontes (seis veces), Julio Jiménez (tres), Aurelio González, Pedro Torres, Perurena y… Carlos Sastre. Este último éxito, en 2008, vino por descalificación por dopaje de Bernhard Kohl. Ni siquiera subió al podio con el maillot a puntos. Los españoles ya no luchan por los lunares, porque normalmente aspiran a cotas mayores, pero es un triunfo de enorme prestigio y, además, te asegura la presencia en los Campos Elíseos. Samuel ha afirmado que lo va a defender con uñas y dientes. Bien.

Bahamontes

Fue la cara del éxito para el ciclismo español en Luz Ardiden. Al otro lado de la fortuna: Alberto Contador. Las once primeras etapas del Tour nos habían generado diversas dudas sobre su condición física, que se fueron acentuando según el madrileño iba coleccionando caídas. Y lo peor de todo es que el primer contacto con la gran montaña nos ha aclarado muy poco, pero nos ha dejado una enorme preocupación. Tan sólo hemos confirmado que el ‘Pistolero’ no está al cien por cien, pero eso ya lo intuíamos. La gran duda, la DUDA con mayúsculas, sigue en pie: ¿Está en disposición de ganar este Tour? De momento la respuesta es ‘no’, pero esperamos que todo se reduzca, como suelen decir los ciclistas, a “un mal día”.

Contador


1 Comentarios

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asane

Lo que vemos hoy día, ¿se convertirán en historias míticas en el futuro? Creo que no. La etapa de ayer fue, una vez más, decepcionante. Si el ciclismo se ha convertido en esperar a ver qué pasa entre los grandes en los tres últimos kilómetros, que me lo confirmen y dejo de seguirlo. Es un soberano aburrimiento. No quito mérito a lo que hacen, que me parece una auténtica barbaridad digna de elogio, pero como espectáculo es muy pobre. Es más: no hay espectáculo. Me quedo con Giro, Vuelta, clásicas,..., incluso el Mundial. Pero el Tour es un ladrillo infumable.

07/15/2011 11:08:03 AM