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¿Pero quién será tercero?

Pedaladas

Vamos a hablar de ciclismo, pedalada a pedalada. De sus gestas y de sus miserias. Desde mi experiencia como periodista en treinta grandes vueltas y en otras múltiples batallas...

Autor: Juan Gutiérrez

¿Pero quién será tercero?

“¿Pero quién será tercero?”. El titular no es originalmente mío. Así abría su información el periódico L’Équipe el pasado 28 de junio en su página 7. Era una encuesta entre 94 ciclistas y directores participantes en el Tour de Francia y el 81% de ellos, un total de 76, pronosticaron a Alberto Contador como ganador. Andy Schleck también era señalado abrumadoramente para la segunda posición…

Contador-Puy de Four

¿Pero quién será tercero? El tercero de la encuesta, ya a bastante distancia, es el doble podio Cadel Evans. Después figuran Robert Gesink (cuarto) e Ivan Basso (quinto). Un pronóstico lógico. A un nivel parecido podríamos señalar a Wiggins, Van den Broeck, Frank Schleck, Samuel Sánchez, Vinokourov o incluso Tony Martin. Y ojo también al equipo RadioShack, que juega las bazas de sus tres veteranos Leipheimer, Klöden y Horner, que posiblemente escondan a su líder real: Brajkovic. Ojalá pudiéramos añadir aquí a algún francés (Kern, Gadret, Coppel…), pero no parece todavía el momento.

Siempre que comienza una gran vuelta, la lista de favoritos se alarga y se alarga… Hasta que la carretera, aunque suene a tópico, coloca a cada uno en su sitio. Esa es la realidad. Si todo va normal (y en el ciclismo eso de la normalidad cada vez es más difícil), el Tour 2011 debería ser un Tour bipolar. Contador es el número uno porque ha ganado tres veces aquí y porque se ha impuesto en las seis últimas grandes que ha corrido. Y Andy Schleck es el dos porque ha sido segundo en las dos últimas ediciones, siempre detrás del Pistolero de Pinto.

Schleck

Entonces, ¿qué puede hacer perder a Contador? Pues yo apunto dos teorías: la preparación y la presión exterior. En un cara a cara, al ciento por ciento de forma, el madrileño sigue siendo superior al luxemburgués. Pero Andy llega más fresco que una rosa, sin haber asomado apenas en toda la temporada (salvo en aquella Lieja en la que su hermano Frank y él escoltaron a Gilbert), y sin haber dado una pedalada de más. Mientras, Alberto se presenta con un Giro de Italia en las piernas, con un recorrido que entonces fue definido como el más exigente de la historia.

De cómo Contador se haya recuperado de ese esfuerzo van a depender mucho sus prestaciones. El inicio del Tour no es duro y ahí puede ir cogiendo ritmo de competición. Los Schleck lo saben, así que seguro que pondrán a trabajar a su maquinaria del Leopard (Cancellara, Voigt, O’Grady, Monfort…), una escuadra a priori más fuerte que la del Saxo Bank, para poder meterle mano en la primera mitad de carrera, a partir de la contrarreloj por equipos.

Luego está la presión exterior. Ya hemos comprobado cómo ha recibido la afición francesa a Contador: con silbidos y abucheos. Y cómo tuvo que lidiar con la prensa el primer día: con directas y afiladas preguntas sobre dopaje. Era previsible. Y Alberto lo sabe. En la carretera también va a toparse con manifestaciones en su contra. Así que tendrá que saber aislarse del entorno. Lance Armstrong podría darle buenos consejos en este sentido… Aunque dudo mucho de que se dirijan la palabra.