El ‘frigocorazón’ de Agatha
El trofeo ideado por Agatha Ruiz de la Prada ya ha cumplido su principal objetivo: que se hable de la Vuelta a España. De hecho, su parecido con el logo de la marca de helados Frigo se ha convertido en Trending Topic (algo así como los temas más tratados) en Twitter. Hasta el propio Pedro J. Ramírez, director de El Mundo y pareja de la diseñadora, ha tenido que intervenir en el asunto. Llamó por teléfono a Agatha y ella cerró así la polémica: “¿El logo de Frigo? Llevo 20 años diseñando espirales y corazones. En todo caso se habrán inspirado ellos en mí”.
Pues eso, que ahora va a resultar que Frigo copia a Agatha Ruiz de la Prada. ¿Y qué importa si es así o es lo contrario? Lo relevante de verdad para la Vuelta es que a más de dos meses de que arranque en Benidorm (21 de agosto), está consiguiendo una valiosa publicidad (también los helados, inesperadamente).
Yo he asistido al acto de presentación, celebrado en el Silken Puerta de América (un hotel de diseño, no podía ser de otra manera). Y he de decir que me he divertido bastante. Después de que Javier Guillén marcara el objetivo de que “el ciclismo transmita alegría”, Agatha se hizo con el micrófono e inició un monólogo que ya quisieran los de ‘El Club de la Comedia’. He aquí algunas de sus perlas:
-“No hay nada más bonito que un político en bicicleta”.
-“He nacido para diseñar este trofeo”.
-“Desde que se compró el Marca, Pedro Jota ya tiene una excusa para ver deporte. Antes le decía algo, ahora ya no puedo…”.
-“A los que critican a los ciclistas les ponía yo a hacer una etapa con el sol a cuarenta grados”.
-“No sé por qué no he hecho yo deporte, si tengo cuerpo de deportista”.
-Sobre las corbatas de Unipublic: “No sabía si había venido a un acto del Banco de Santander o de la Vuelta”.
Después del turno de preguntas, fue la propia Agatha quien decidió cerrar el acto instándonos “a tomar una cerveza”. Pues entre birras y vinos comenzaron a desencadenarse los primeros chistes, que se fueron extendiendo como la pólvora por internet. Que si era “un plagio de los helados Frigo”, que si “parece un matamoscas”, que si “esta vez van a tirar el trofeo al público en lugar del ramo de flores”, que si “hay que hacer encuestas para que opinen entre feo, feísimo y horroroso”, que si “este año van a luchar por el segundo puesto para no cargar con el trofeo”, que si “el gran favorito es Dario Frigo”…
Pues a pesar de las chanzas, he de admitir que a mí no me disgusta tanto el trofeo. Aunque para gustos están los colores y los diseñadores, como bien sabe Agatha. Sinceramente, el debate me parece hasta simpático y no creo que deba ofender a nadie. Mucho más rechazo generó el maillot rojo de Custo Dalmau, hasta el punto de que un año después ha perdido todos sus trazos de guepardo. Al hilo de ambas iniciativas, algunos están acusando a la Vuelta de dar tumbos y de no tener personalidad. Yo opino todo lo contrario. Estos símbolos, con retoques o sin ellos, quedarán con el tiempo como algo propio de la carrera. Y en cualquier caso, lo que no podemos negar es que el ciclismo demuestra que también sabe reírse y, como pretendía Guillén, “transmite alegría”.
Para terminar, les voy a contar un secreto sin desvelar el protagonista. Uno de los grandes candidatos a esta Vuelta (una pista: quizá el más candidato) le puso un mensaje al compañero José Andrés Ezquerro minutos después de la presentación: “Pues no es tan feo, tiene un punto romántico”. Porque como diría Agatha, “todo está en el corazón”. Un poquito más de amor y menos mala leche.