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El madridismo vuelve a soñar

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Pasan las horas y no se me quita la sonrisa. El Bernabéu levitó ante el Tottenham en una noche para recordar. El 4-0 fue el postre perfecto para un partidazo que reivindicó al Madrid ante toda la jet europea. Los ingleses se fueron del Bernabéu hundidos y sin entender qué demonios les había pasados. Hasta sus 4.000 hinchas acabaron tocados y hundidos. La expulsión de Crouch, merecida por ingenuo y por bruto, no es excusa. El Madrid le hubiera pasado por encima igual. La comunión entre el equipo y la grada fue total. Recordó al ambiente de las grandes remontadas de los años 80. Todo fue perfecto. Hasta Adebayor se sumó a la fiesta con dos cabezazos que justifican con creces la apuesta hecha por él en invierno. Pocos imaginaban lo que iba a suceder tras el palo del Sporting. Pero es que el Madrid es así. Nunca puedes darle por muerto y menos cuando se pone la piel de la Copa de Europa, su gran amor.

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Un amor en el que siempre tendrá su sitio Raúl González Blanco, The Legend. El eterno capitán está sombrando a todo el mundo del fútbol con su pundonor y su capacidad para seguir escribiendo la historia. Lo del Schalke en San Siro es algo que se recordará durante años. Que al actual campeón de Europa y del Mundial de Clubes le metan cinco goles en su casa es algo sin precedentes. Y Raúl tiene mucho que ver en eso. Su gol número 71 en competiciones europeas (¡nadie tiene más!) le reivindica como un jugador tridimensional, alguien que con 33 años juega con el entusiasmo y el ardor de un crío de 20. Es insaciable, no se cansa nunca, se cuida como nadie y ha hecho del Schalke un grande de Europa. De hecho, el madridismo ya sueña con una final Madrid-Schalke en Wembley el 28 de mayo. Sería el no va más. Firmo un 3-2 para el Madrid, pero los dos goles de los alemanes con la firma de nuestro capitán. Raúl sigue siendo un brazo extensor del Madrid. En realidad no se ha ido. Sigue latiendo su sombra en el corazón del Bernabéu. Y si el Madrid queda fuera de la final, que llegue el Schalke y gane el título. ¿Se imaginan que un gol suyo le arrebata la Champions al Barça? Habría en Cibeles casi tanta gente que si gana el Madrid. La Champions está blanqueando su espíritu.

 Y mientras, el Barça está de bronca en bronca, con Guardiola mosqueado y Rosell pidiendo perdón por sus bravatas. Cosas que pasan…