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Final española en Montecarlo con Australia en el recuerdo

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Tomás de Cos

Madrileño y balear se exhibieron hoy con dos contundentes victorias sobre Djokovic y Ferrer en el Monte Carlo Country Club. Mañana Verdasco y Nadal volverán a medir sus pesadas derechas de zurdo y su resistencia física y mental en el particular campeonato de España absoluto del Principado de Mónaco.

En un nuevo recital de cabeza, corazón y piernas, Nadal no dio opción alguna a Ferrer y peleará mañana por alcanzar su sexto título de Montecarlo. El contundente 6-2 y 6-3 refleja a la perfección la diferencia que hoy separó al balear del valenciano. Pero Nadal quiere más. Su trigésimo primera victoria en el 'Rolex Montecarlo Masters' le da la opción de poner fin a once meses de sequía en su palmarés y de convertirse en el primer tenista en la Era Open en ganar en seis ocasiones el mismo torneo.

El juego desplegado ante Ferrer volvió a ser tan poderoso como el de los días anteriores. No hay rastro de molestia en sus rodillas y sus golpes tienen la potencia, el peso y la seguridad de antaño, recuperando su control casi tiránico en los partidos. En lo que va de semana, Nadal sólo se ha dejado trece juegos en su camino hacia la final y eso que se ha medido a dos gigantes de la tierra batida como Ferrero y Ferrer. ¿Será Verdasco su siguiente sparring en su travesía hacia la reconquista de París? La experiencia y las estadísticas así parecen indicarlo, pero debe ser refrendado en la pista.

Pero Nadal no ha sido el único que ha brillado hoy en Mónaco. Fernando Verdasco ha espantado hoy varios fantasmas de una tacada. Se ha demostrado a sí mismo que puede batir a cualquier top ten y que es capaz de pelear por un título grande. ¡Adiós presión!, debe estar rumiando el madrileño, el preciado diamante en bruto del tenis español, un tenista con su particular ritmo -lento pero seguro- de progresión.

Después del recital ofrecido ante Djokovic, finalista del año pasado y primer cabeza de serie del torneo, al que ha eliminado por un doble 6-2, Verdasco se enfrenta a la gloria, a la posibilidad de ganar el título más importante de su vida. Eso sí, la de mañana será una prueba mucho más dura que la de hoy. Enfrente tendrá al mejor tenista de la historia sobre tierra batida y a un amigo que le conoce muy bien y que le ha ganado en todas y cada una de las nueve ocasiones en las que se han medido hasta la fecha.

Verdasco tiene por tanto ante sí un nuevo reto psicológico que superar, una nueva meta. Sólo si juega tan suelto, tan agresivo y tan convencido en sus posibilidades como ha hecho hoy frente al serbio, o como ya hiciera ante el propio Nadal en la memorable semifinal del Abierto de Australia 2009, tiene opciones de salir airoso y dar el paso definitivo. Ha de jugar perfecto, empujar hasta hacerle recordar las dudas que tanto le han atormentado en los últimos meses y equivocarse poco. Porque nadie condena tan duro a sus rivales como lo hace el ‘Castigador de Manacor’. A Verdasco no le queda otra que saltar a la pista con el recuerdo de Australia muy fresco en la memoria.