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McNabb a los Redskins… y todos contentos

Vuelvo de la montaña asturiana, donde he estado una semana incomunicado de la civilización, y me encuentro con que el ínclito, el inigualable, el ‘fly Eagles fly’, ‘The player’ McNabb es ahora jugador de los Redskins. Que era el quarterback con más papeletas para marcharse de Philadelphia era de cajón de madera de balsa. Y no tengáis ninguna duda, Kevin Kolb será el QB titular sobre Vick y, estoy convencido, hará que los aficionados de los Eagles olviden a McNabb en muy pocos partidos. En las oportunidades que ha tenido, hasta el momento, Kolb lo ha hecho pero que muy bien. Además, creo que Andy Reid podrá, por fin después de muchos años, jugar con una ‘west coast’ más pura, como a él le gusta, sin necesidad de adaptarla a un McNabb que siempre ha preferido mirar a lo profundo.

Os parecerá irónico, pero creo que McNabb sólo tuvo un receptor en los Eagles que pudiera compenetrarse con su estilo de juego, y ese fue Terrell Owens. Ambos terminaron a tortas, y perdieron su última opción a ganar el anillo frente a los Patriots.

Curiosamente, fue a partir de esa derrota cuando McNabb, para mi gusto, comenzó a jugar mejor al football americano. Más pausado, menos móvil, más preocupado de encontrar las mejores rutas sin necesidad de sacar conejos de la chistera.

Todos tenemos nuestras fobias. McNabb siempre ha sido una de las mías. Aún recuerdo el revuelo que se armó cuando dije que era un ‘membrillo’ en uno de los artículos de NFLSpain. El debate posterior llegó incluso al foro de ESPN. Realmente no pienso que sea un ‘membrillo’, pero tampoco me parece un QB de la elite más exclusiva.


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Creo que la fórmula Reid-McNabb nunca ha funcionado en los Eagles y que, posiblemente, si el head coach, que sí me parece de la elite más exclusiva de la NFL, hubiera tenido en su equipo a un QB menos mediático pero más capacitado para poner en práctica una WCO, los Eagles hubieran sido la auténtica gran dinastía de la primera década del siglo XXI.

Ahora Reid podrá contar con un QB de su gusto, con un grupo de receptores jóvenes y de calidad y un backfield casi virgen pero que da miedo. Tendrá todos los mimbres con los que siempre había soñado y la oportunidad de convertir a Philadelphia en la gran dinastía de la segunda década del siglo. Sólo necesitará que la afición, tal vez la más exigente y menos paciente de la NFL, le de un colchón hasta que todos los engranajes encajen. Si veis mucho en el campo a Vick, malo, querrá decir que Reid ha tenido que acudir al plan B. Significará que Kolb no habrá cumplido las expectativas y que el entrenador seguirá sin poder usar el esquema ofensivo que de verdad le gusta.

Y McNabb, en Washington, tendrá la posibilidad de reivindicarse como un pasador agresivo. A Shanahan siempre la han gustado los quarterbacks sin complejos y McNabb, a estas alturas, no tiene ninguno. No entiendo la política de Shanahan y Snyder, empeñados en llenar su backfield de coches usados, pero creo que sí han acertado con McNabb. A sus 33 años, tiene mucha gasolina en el depósito y puede ser el gran faro ofensivo de los capitalinos durante bastantes años. Además, estoy seguro de que el QB estará muy a gusto en los Redskins donde, sin duda, será el gran foco mediático.

Ya que estamos, que alguien me explique lo que pretende hacer Shanahan con Willie Parker, Larry Johnson y Clinton Portis en el equipo. O algo se me escapa, o lo lógico sería que uno de los tres no estuviera en la plantilla en septiembre. ¿Fue más grave de lo que se ha dicho la conmoción de Portis? ¿Para qué quiere Shanahan tres estrellas venidas a menos? En su época en Denver el head coach ya demostró que es capaz de ponerle una coraza al aguador y convertirle en un corredor de mil yardas. No entiendo ese empeño por reforzar el backfield cuando no tiene receptores para acompañar a McNabb y va a tener que esperar hasta la tercera ronda para encontrar uno en el draft.

Al final, el movimiento de McNabb es bueno para todos. El QB viaja a un equipo que favorecerá su estilo de juego, los Eagles miran al futuro y consiguen una segunda ronda por un jugador que hubiera quedado libre el año que viene, los Redskins zanjan por varios años uno de sus problemas crónicos y pueden plantearse construir, con paciencia, un equipo competitivo.

En resumen, todos contentos. Ahora sólo falta que TO (el mejor receptor que sigue sin equipo) también fiche por los Redskins para confirmar que el mundo se acerca a su fin.