Este Barcelona y el valor de la cantera

Este Barcelona y el valor de la cantera

Miro la alineación del Barça ante el Atlante, semifinal del Mundialito, y cuento hasta seis canteranos: Víctor Valdés, Puyol, Xavi, Sergi, Pedro e Iniesta. Sobre la marcha salieron tres más: Piqué, Messi y Bojan, así que en el partido intervinieron nueve canteranos. Los tres goles los marcaron ellos: Sergi, Messi y Pedro, éste último completando su espléndida colección de goles en todas las competiciones en que está tomando parte este año. Dentro de las excelencias de este Barça, la que me parece más llamativa es ese protagonismo tan espectacular de la Massía, el gran centro de formación de jugadores del club.

Hay algo de suerte en eso también. Uno de los canteranos es incluso Balón de Oro, y eso no se fabrica: nace; en su caso, además, nació fuera y llegó casi como un niño medio enfermo, pero en la Massía dieron con la tecla en su caso. También es una casualidad afortunada que se junten en el tiempo Xavi e Iniesta, distantes en edad, pero no tanto como para no poder jugar unos cuantos años juntos. La suerte existe, sí, pero hay que salir a buscarla cada mañana con un azadón, antes de que amanezca. La suerte es para los que trabajan, para los que, como Picasso, esperan a las musas delante del cuadro, pincel en mano.

Por eso el Barça no sólo tiene esos genios, sino todo un cuerpo de plantilla, que incluye a internacionales y a promesas como Pedro, que reclaman la atención. ¿Cuánto hubieran costado estos jugadores si el Barça hubiera tenido que acudir al mercado para reunirlos? No hay mejor inversión que la cantera, siempre que se haga con constancia, seriedad, sin cambiar de línea o echar a la gente cada poco, y con la firme decisión por parte del entrenador de mirar ahí antes que en ningún otro sitio en busca de lo que le falta. El Barça es deslumbrante, pero representa además el triunfo del esfuerzo constante y callado.