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Levántate y anda

Actualizado a

Las 22:45 y todavía estoy empezando mi resumen de la semana 12. ¡Menudo fin de semana! La NFL comienza a llenarse de cadáveres. Bears, Texans, Panthers se suman a la procesión de zombies que formaban Browns, Chiefs, Raiders, Redskins, Lions, Bucs, Seahawks y Rams. La Santa Compaña suma adeptos a buen ritmo. Ya sabéis, equipos que caminan despistados por esas corredeiras de altos muros en las que no hay escapatoria y terminan en la fila de los muertos vivientes.

Pero en la NFL también se multiplican los milagros. Favre ya no está sólo como el viejo redentor de Minnesota multiplicando los touchdowns y los pases completos. Ahora ha llegado Vince Young, el nuevo mesías, para resucitar a un muerto y ponerle a bailar Rock and roll.


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Cuarta y gol en la 10, seis segundos por jugar, Arizona 17, Tennessee 13. Snap, balón a las manos milagrosas que, impuestas sobre el balón producen una luz cegadora que deslumbra a la defensa de los Cardinals. La misma defensa que se había especializado en frenar drives ganadores en la red zone en el último segundo. Young contempla a sus jugadores, dispuestos a dejar la vida como mártires por seguir a su líder, duda entre correr y llevarse la gloria y, en un último acto de misericordia, lanza un pase memorable, como ya hizo Favre frente a los 49ers, que Britt, impulsado por las cortes angélicas y alzado por sus alas en un salto sobrenatural, atrapa para culminar un nuevo suceso extraordinario en esta temporada inmejorable que estamos viviendo.

He escrito auténticas burradas sobre Young, como ya hice sobre Vick. Odio a esos QBs corredores que parecen capaces de todo pero no terminan por destacar en nada. Pero Vince Young no es un chico para todo. Es un pasador terrorífico, capaz de sumar 387 yardas y liderar drives ganadores. El domingo las aguas se abrieron para dejarle atravesar las 100 yardas de un campo de football, en un drive en el que consigió tres cuartos downs y que le valió para convertirse, definitivamente, en el jugador franquicia de los Titans. ¡Que tiemble la NFL en las próximas temporadas! Young no es Vick, no es un fuego de artificio, no es potencia sin puntería, no es carrera sin lecturas. Young es un portento que ha renacido superando sus propios fantasmas. ¡Quiero un camiseta con el 10 de los Titans YA! El 10 de Maradona, de Pelé, de los jugadores que, de verdad, marcan la diferencia.


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Pero la fortaleza de estos Titans no termina ahí. La temporada de Chris Johnson, su profeta, sigue siendo portentosa. 154 yardas de carrera y un TD. 32 de pase. 1.396 yardas y la mítica marca de 2.000 en el horizonte. ¡Quién decía que la NFL es aburrida!

Jeff Fisher, el mago silencioso, ha vuelto a formular el hechizo, a despertar la maldición, a mezclar el bebedizo mágico de las victorias a trompicones que ya le llevaron a la Super Bowl contra los Rams. Ya va siendo hora de que éste entrenador sea valorado como otro de los genios que inundan la NFL actual.

Y os digo una cosa. Al final me da los mismo que los Titans entren o no en play-off. Simplemente se han convertido en la guindilla que le está dando picante a la segunda mitad de la temporada. Entre tanto zombie da gusto ver la resurrección de un muerto. Seis derrotas consecutivas, cinco victorias después. Sólo los Chargers, los Colts y los Saints pueden mejorar esa racha. Y la historia de este equipo sólo acaba de empezar.

Y Dios creo a Vince Young, lo contempló, y vio que era bueno. ¿Que si es bueno? ¡Ese tipo es un fenómeno!

Son las 11:15 de la noche, sigo en el periódico, tengo que llegar a casa, cenar y sentarme a ver el Saints-Patriots. Me vais a perdonar, pero si no me doy prisa llegaré tarde. Nos vemos mañana.