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Federer mantiene opciones y dudas

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Tomás de Cos

El número uno del mundo saldó con victoria (6-4 y 6-3) su partido frente al ruso Nikolay Davydenko en la segunda jornada de competición del Grupo Rojo. Roger Federer recupera cierta dosis de autoestima y mantiene así intactas sus opciones de clasificación para semifinales, pero no logra dejar atrás las dudas y la inseguridad que le generó la derrota ante el chileno Fernando González. El ruso se despide del torneo.

Al contrario que entonces (González cayó con facilidad en el primer set), Davydenko arrancó el partido plantando cara a un Federer bastante enchufado, refrendado en su autoestima por la decisión de la ATP de admitir su alegato y retirarle la sanción por su supuesta dejadez en el pasado torneo de San Petersburgo. Pero la alegría no le duró demasiado al ruso de origen ucraniano, que cedió su servicio, limitado en potencia por unas molestias en el codo, en el octavo juego del primer parcial. La táctica de Federer, que buscaba con insistencia su revés cortado al cuadro de saque de las ventajas para forzar las subidas de Davydenko, comenzaba a dar frutos.

Pero con el 5-3 a favor y su servicio el helvético evidenció la falta de confianza en sí mismo. Una sombra de debilidad que le acompañaría durante todo el encuentro. Federer, muy errético en determinadas fases del encuentro, malogró su servicio ante un Davydenko que se limitó a meter todas las pelotas dentro de la pista, pero que no acababa de atacar con decisión. El ruso con residencia en Alemania acortaba distancias pero se precipitaba al vacío minutos después entregando por segunda ocasión seguida su servicio. Jugar a porcentaje (con numerosos primeros-segundos saques) no basta ante el jugador más completo del momento y Davydenko acabó achacándolo.

El tenis no mejoró gran cosa en la segunda manga. ¡Qué diferencia de intensidad y velocidad la del duelo de españoles de la jornada de ayer!. Los errores salpicaban un juego sin demasiado ritmo en el que Federer, que comenzó sirviendo, mantenía la iniciativa en el marcador. El segundo juego, en el que Davydenko consiguió igualar (1-1) acabó siendo importante para Federer. Fue largo y comprometido y le sirvió para demostrarse a sí mismo que era capaz de volver a ganar puntos con su revés -golpe con el que atravesaba un calvario- y de quebrar el servicio de Davydenko con relativa comodidad.

Luego todo llegó rodado (2-1, 3-1, 4-1 y 5-1) hasta la hora de definir. Entonces reaparecieron en Federer la relajación y las dudas. Un breve impás que sirvió para que el ruso maquillara el marcador y que finalizó cuando Federer puso de nuevo orden al servicio. Con un sonoro grito y un pelotazo al techo del Qi Zhong Stadium Federer trató de despojarse de su mal rollo. Habrá que esperar todavía para ver si lo ha conseguido.