El atril en el que iba a hablar Cristiano al término de su declaración fue brevemente ocupado por uno de sus asesores de imagen, al que le tocó hacer un papelón.
PorAlfredo Relaño
El atril en el que iba a hablar Cristiano al término de su declaración fue brevemente ocupado por uno de sus asesores de imagen, al que le tocó hacer un papelón.