
El canadiense acabó con su maldición en las finales a costa del griego, primer cabeza de serie de la cita. Antes había perdido ocho partidos por el título.
EFE
El canadiense acabó con su maldición en las finales a costa del griego, primer cabeza de serie de la cita. Antes había perdido ocho partidos por el título.
TENIS | ROTTERDAM