La gracia de Bahamontes no es que fuera una colosal fuerza de la Naturaleza cuando la carretera se empinaba (no tuvo igual en la montaña, sólo se le acercó Charly Gaul con frío) sino que era imprevisible.
PorAlfredo Relaño
La gracia de Bahamontes no es que fuera una colosal fuerza de la Naturaleza cuando la carretera se empinaba (no tuvo igual en la montaña, sólo se le acercó Charly Gaul con frío) sino que era imprevisible.
Federico Martín Bahamontes cumplió 95 años el pasado 9 de julio. Aquel día se subió el Puy de Dôme en el Tour, el volcán donde fraguó su victoria en 1959. Un bello adiós al más grande escalador.
Tampoco vamos a disfrutar de la sabia retranca de don Luis en el Carrusel de la SER.
FALLECE LUIS SUÁREZ