FC Barcelona

Xavi describió el partido desde su curioso prisma: “no merecimos perder”, dijo. Es una afirmación cuestionable, pero lo más llamativo es que lo contó como si no supiera que en el fútbol (y en la vida) los méritos no garantizan absolutamente nada.

Guion esperado en el Clásico. Un Real Madrid protegido, con las líneas juntas y defendiendo bien los carriles interiores, agazapado, esperando a que el Barça se expusiera para hacer daño a la carrera.

El Bernabéu más universal se pegó un festín a costa de un Barça quebradizo y con escasos recursos. Ni futbolísticos ni anímicos. Antes del Clásico me crucé con madridistas llegados de Honduras, El Salvador, Cuba, Nicaragua, Perú, Colombia.

El Barcelona volvió a evidenciar en el Santiago Bernabéu su falta de cuajo competitivo ante un Madrid que si hubiera querido meter siete, hubiera metido siete. Xavi le debe un favor a Ancelotti.

El Barça acabó en la lona el Clásico, pero Xavi, que corrió peligro de terminar con un KO demoledor que hubiera complicado mucho su proyecto de manera inmediata, se salvó. De momento, seguirá en observación. Pero también bajo sospecha.