Carlo Ancelotti

Endrick, Güler y Brahim demostraron que tienen el depósito de ilusiones lleno. Carletto necesita a todos en la misma dirección y no admitirá divismos.

Era el Día M, de Mbappé. Todos los ojos apuntaban a Kylian. Dejó detalles, pero no fue su debut soñado. Tranquilo Kylian, todo llegará.

Güler ha entendido que el Madrid no era el Fenerbahçe y que Ancelotti es un maestro jedi. Ahora le viene la temporada de recoger los frutos de la paciencia.

No le faltan mano, temple e ingredientes para que le salga bien, pero conviene tener paciencia por si acaso.

Cuando Mbappé ajuste las conexiones con Vini, Rodrygo y Jude veremos fútbol de orfebre que llevará al Real Madrid a lo más alto.

Carlo Ancelotti no es Queiroz ni Luxemburgo (gracias a Dios, de nuevo)

No solo se trata de correr, ni mucho menos, se trata de encontrar la mejor manera de jugar con esta plantilla.