La temporada ha sido muy buena, incluso en Segunda pese a que en dos o tres años se ha renovado más de la mitad de la plantilla.
Los dirigentes arbítrales tienen como prioridad mantener su estatus pasando por encima de defender al colectivo al que representan.
Según establece la ley de Murphy, el escándalo tenía que ocurrir en el partido más señalado del calendario y el más dañino para el crédito de la Liga española.
Bellingham es la única gran estrella que queda en nuestro campeonato y parece que van a por él, como dejó caer Ancelotti. Querido Kylian, mira lo que te espera la temporada que viene.
Hemos caído en la era del victimismo blanco. Es cierto que los árbitros andan desorientados y que se hacen insufribles algunas decisiones, pero no puede afectar tanto.