Todos tenemos nuestro propio Amavisca, ese jugador de tu equipo que te lleva a una época determinada, laxa y eterna al mismo tiempo, en la que te aficionaste para siempre al fútbol.
PorJavier Aznar
Página2
Todos tenemos nuestro propio Amavisca, ese jugador de tu equipo que te lleva a una época determinada, laxa y eterna al mismo tiempo, en la que te aficionaste para siempre al fútbol.
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