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24 HORAS DE LE MANS

Reina el caos en Le Mans

Siete horas de carrera y la lluvia, los accidentes y las banderas amarillas dejan la carrera abierta y el liderato está en el Ferrari #51.

Le Mans
British driver James Calado steers his Ferrari 499P Hypercar WEC during a practice session prior to the 100th edition of the 24 hours of Le Mans on June 7, 2023. The 100th edition of the 24 hours of Le Mans will start on June 10, 2023. (Photo by JEAN-FRANCOIS MONIER / AFP)
JEAN-FRANCOIS MONIERAFP

En ocasiones antes de comenzar las 24 Horas de Le Mans se dan muchas cosas por hecho y casi nunca se cumplen, porque la carrera demuestra que nada es lo que parece. Y el inicio de la edición del Centenario es una muestra de ello. Toyota llegaba enfadada a la parrilla por el polémico BoP y por detrás de Ferrari. Mientras los italianos se repartían abrazos impetuosos antes de arrancar, los japoneses se saludaban con su protocolo aparentemente frío. Parecía una pista de lo que podía suceder y ocurrió lo contrario: una vuelta y las dos unidades de Toyota ya dominaban por delante de los de Maranello.

En ese tiempo salió el primer safety que se comió casi la primera hora. Fue provocado por el Cadillac #311 del Action Express Racing cuando Jack Aitken se fue a las barreras en una parte del circuito con el asfalto delicado. Fue el primero de muchos. Se sucederían accidentes, castigando a especialmente a los LMP2 y en concreto a uno de los favoritos, el #22 de United Autosport, empotrado contra un GT

Luego llegaría la primera dosis de lluvia en algunas zonas de La Sarthe mientras que en otras lucía un sol preveraniego para desbaratar todo más y confirmar aquello de que lo que se daba por hecho no tenía ningún parecido con la realidad. Por la cabeza habían pasado los Ferrari, los Toyota, varios Porsche, incluido el privado del Jota #38, que se fue la muro y al box sin parte trasera y sin primera posición, y el Peugeot #94.

Cuando la oscuridad era sólo una amenaza más, en Le Mans la pista comenzó a secarse por completo y cogió al Ferrari #50 con Miguel Molina en el volante y en el liderato con una ventaja de algo más de un minuto sobre el Toyota #8 (Buemi, Hartley e Hirakawa) y el #7 (Conway, Kobayashi y Pechito). Un pit-stop sobre las 22:00 permutó las posiciones de Maranello dando el liderato al 499P #51(Calado, Pier Guidi, Giovinazzi), pero con el siguiente paso de los japoneses por talleres las diferencias permanecían estables. No el cielo, que caprichoso descargó con furia para que nadie se relajase. Todos para adentro y vuelta a empezar.

Con las estrategias y los cálculos de los ingenieros en la papelera, los coches y los pilotos se enfrentaban al no va más: la noche, el cansancio y el agua. ¿Las posiciones? Dominaba el Ferrari #51. Y el de Molina, el #50, marchaba en la cuarta plaza cuando antes del agua, lideraba. Que eso precisamente era lo que hacía en la categoría LMP2 Albert Costa, quien volvía a dejar su sello, y su coche del Inter Europol #34 en lo más alto de la tabla. Álex Riberas, con problemas en el arranque en su Aston Martin, marchaba séptimo en GT. Pero con más de media carrera por delante, y lo caprichoso que están el destino y las nubes, es casi lo de menos. Ahora se trata de sobrevivir y que escampe. Después de la tempestad llega la calma, dice el refranero, pero todo apunta a que aquí, en Le Mans, va a ser todo lo contrario. Quién sabe, porque nada es lo que parece.

Clasificación a las 22:45

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