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MOTOGP

Yamaha y Honda comparten problemas

Lin Jarvis, director de la fábrica de Iwata, admite que superar el contratiempo de los motores ha traído carencias en el chasis. “Nos hemos quedado atrás”, dice.

Fabio Quartararo se baja de la Yamaha durante los test de pretemporada en Portimao.
MotoGP

No ha pasado demasiado tiempo desde que las fábricas japonesas dominaban MotoGP. Sin embargo, la tendencia en las últimas temporadas ha evidenciado un cambio a favor de los fabricantes europeos que se refleja sin matices en la general de Constructores. Ducati, KTM, Aprilia, Honda y Yamaha por ese orden, se reparten los puestos después de cinco grandes premios y esa posición hace que los de Iwata hayan pasado en menos de dos años, de ser campeones a sufrir por cumplir con un papel decente a pesar de haber sido capaces de mantener a Quartararo en sus filas. El fichaje de Luca Marmorini para dirigir el desarrollo de los motores, que tantos contratiempos produjeron a partir de 2020, convenció al francés para seguir en la casa de los diapasones. Pero a raíz de esa decisión se han ido acumulando problemas en una M1 para la que “es difícil encontrar una explicación precisa”.

La moto japonesa pasó de ser la más completa de la parrilla, a una estructura con la que Ducati incluso se permite ironizar. Ciabatti, director deportivo de la fábrica italiana, dejó en evidencia a Yamaha cuando se habló de una supuesta llegada de Jorge Martín a sus filas, asegurando que el madrileño sólo quiere ganar y dejando entrever, que con los de Iwata en estos momentos aspirar el triunfo es imposible. La M1 ganó en velocidad punta, pero sus pilotos han visto cómo la entrega de potencia se ha resentido. Quartararo habla de una moto “demasiado agresiva” que se ha despedido de esa manejabilidad en las curvas que alguna vez fue sobresaliente: “Hemos perdido las antiguas ventajas de la Yamaha”. Y parece que a cambio de nada.

A pesar de que “el motor no es un problema este año”, como destacó Lin Jarvis, director de la fábrica japonesa, en Speedweek, centrarse únicamente en la mejora de ese elemento hizo que desde la fábrica no dejasen “suficiente tiempo a mejorar el chasis y la aerodinámica”. Yamaha se encuentra en la misma situación que Honda, marca que acabó recurriendo a un fabricante externo como Kalex para que les desarrollase de manera paralela un bastidor, con el que tratar de solventar algunos de sus problemas. En Iwata todavía no han recurrido a esa última vía, pero no falta la autocrítica: “Estamos viendo el progreso que han hecho nuestros rivales en esas áreas. Nosotros hemos resuelto un problema, pero nos hemos quedado atrás en otras áreas”. Áreas que son tan relevantes como un motor que, en el MotoGP actual, no soluciona los problemas. Más bien todo lo contrario...