Viñales vuelve al punto de partida
El español se fue de Japón sin puntos y sufriendo todavía las consecuencias de su lesión en el hombro: “Desde mi regreso, la sensación de pilotaje ha desaparecido”.


La frustración vuelve a apoderarse de Maverick Viñales. Cuando parecía haber encontrado el camino correcto en su adaptación a la KTM, todo se fue a la basura. Una lesión en su hombro fue el motivo de este gran paso atrás para el español. Durante el GP de Alemania, una aparatosa caída, por la cual salió por los aires, le provocó una luxación y una fractura del troquíter del hombro izquierdo con afectación del ligamento supraespinoso. Una lesión importante que, además, le obligó a pasar por quirófano y perderse el GP de la República Checa. No volvería a pisar los circuitos hasta después del parón veraniego y, aunque los médicos le dieron el apto para participar en la cita de Austria, se tuvo que retirar al no poder soportar el dolor en la zona afectada.
Tampoco viajó a Balaton Park para disputar el GP de Hungría y se esperó hasta la cita del GP de Cataluña para regresar. Su hombro estaba mejor, pero a su regreso, se encontró con una KTM totalmente distinta. Las sensaciones que había conseguido a final de la primera parte de la temporada habían desaparecido. Una desconexión total con su moto de la que no tiene explicación. Y es que, desde Barcelona, el español tan solo ha podido sumar tres puntos. Todos conseguidos en la carrera dominical de Montmeló. Desde entonces, en Misano y en Japón se ha ido de vacío. Solo con una total desconfianza en el tren delantero de su KTM. “Desde mi regreso, la sensación de pilotaje ha desaparecido”, aseguraba frustrado ante la prensa en Motegi, después de acabar 16º (había salido en el último lugar de la parrilla).
“He tenido muchas pérdidas del tren delantero y no puedo ir rápido”, explicaba el español, que no acaba de entender las razones de este declive, aunque apunta a un factor clave: la nueva aerodinámica de la KTM. Y hace autocrítica por haber tomado la decisión de competir con ella sin estar del todo seguro: “Cometí el error de cambiar a la nueva aerodinámica demasiado pronto, antes de estar físicamente preparado para ello”. Así que volverán al punto de partida: “Ahora, lo primero que quiero es recuperar mi antiguo paquete para poder sacar el máximo”.

“Mi meta es recuperar la moto que tenía antes de la lesión. Antes de Sachsenring, estábamos siempre entre los cinco primeros, sin importar el circuito”, asegura el de Roses, porque el objetivo antes de acabar la temporada sigue siendo el mismo: ganar una carrera con su nueva marca y convertirse en el único piloto de la historia en ganar con cuatro fábricas diferentes. Pero antes tiene que recuperar las sensaciones, no solo con su moto, sino con su físico, el cual le sigue limitando en pista. “Fue una carrera dura, tenía muchos dolores”, aseguró Viñales, quien también confesó que “llegó un punto en el que no podía empujar más”. “Solo en las últimas cinco o seis vueltas pude volver a intentarlo”, añadió.
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Aunque insiste en los problemas técnicos: “El mayor problema fue la moto: los neumáticos no funcionaron, no los estábamos cargando de la manera correcta”. “Sobre el papel, KTM debería ser fuerte aquí; en cambio, ha sido una de nuestras carreras más lentas”, zanja Maverick, que ya piensa en el GP de Indonesia, este fin de semana, como segunda parada de una gira asiática que se alargará hasta finales de mes.
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