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MOTOGP | QUARTARARO

Todavía más lejos

Yamaha sigue sin solucionar sus problemas e, incluso, Fabio Quartararo confiesa que la situación ha ido a peor: “La moto está llena de pequeños problemas”.

Actualizado a
Fabio Quartararo, durante los libres del GP Qatar.
NOUSHAD THEKKAYILEFE

Ni siquiera una pretemporada más larga a la habitual les ha podido ayudar. Yamaha sigue hundida y, lejos de mejorar su crisis, Fabio Quartararo apunta a que la situación de la fábrica japonesa es peor de lo que parecía en la previa al inicio del Mundial. El francés es claro y sigue siendo muy directo con sus críticas a la marca, a la que le sigue pidiendo más. “Estamos más lejos que el año pasado”, indica el francés sobre un paquete que, en vista de su decepción tras el GP Qatar, está lejos de convencerle para quedarse en un proyecto con muchas fugas. “Hemos dado algunos pasos adelante”, aseguraba a la prensa después de ser undécimo en la carrera del domingo (y duodécimo en el sprint), pero todavía muy lejos del nivel de un piloto que hace dos años aterrizaba en Losail como favorito por su condición de campeón del mundo.

Desde entonces, todo ha ido a peor y no tiene pinta de mejorar a corto plazo. “Los demás fabricantes siendo mejores y más rápidos que el año pasado. La diferencia entre los fabricantes europeos y los japoneses es aún mayor, incluso parecía que a Honda le faltaba algo y que están sufriendo mucho, pero hoy me ha parecido que estábamos incluso peor”, asegura Quartararo, apretando las tuercas a una fábrica que ya cuenta con concesiones para salir adelante, pero que todavía no ha sabido aprovechar. De hecho, el francés asegura que están peor que nunca, incluso con la ayuda que les ha proporcionado el campeonato para esa temporada: “Dado el nivel actual, diría que estamos más lejos que nunca de nuestros rivales”. Y eso que el de Qatar es, históricamente, un trazado que se les ha dado bien a los de Iwata. Desde su debut en 2004, es la marca que más veces ha ganado en Losail: fueron nueve victorias repartidas entre Maverick Viñales (2), Jorge Lorenzo (3) o Valentino Rossi (4).

“El resultado es el que es”, lamenta Fabio al finalizar un fin de semana en el que Yamaha ha pasado totalmente desapercibido. “Es una situación difícil y qué puedo decir. Por un lado, vemos a aquellos que trabajan muy duro mientras nosotros estamos muy lejos. Es triste porque sé cuál es mi potencial y lo que puedo hacer, pero estamos detrás”, añade El Diablo, quien finaliza su contrato con los japoneses este mismo año, en una temporada donde la silly season y los contactos entre marcas y pilotos ya han comenzado, de hecho, Bagnaia ha sido el primero en anunciar su continuidad con Ducati. Por eso, en el box de los de Iwata, el tiempo corre en su contra. “La moto no tiene un problema, está llena de pequeños problemas”, apunta un Quartararo que no se refiere solo a la parte aerodinámica, sino que “hay que mejorar también cómo gira la moto, la motricidad que tenemos, mejorar la degradación de los neumáticos, la electrónica... todo”.

Así que tienen un buen catálogo de tareas en Japón: “Tenemos una lista enorme de cosas que mejorar, salvo que se trata de quince pequeñas cosas que constituyen un problema tan grande que no conseguimos resolverlo. Por eso hay que ir encontrando las soluciones poco a poco, pero desgraciadamente no hemos conseguido avanzar nada desde el test. Hemos cambiado bastante la forma de trabajar, incluso con la electrónica, pero no hemos hecho grandes progresos”. Por lo que sigue tocando sufrir, especialmente enfocados en cómo hacer funcionar los neumáticos y en recuperar el paso por curva, su gran seña de identidad que ha acabado por convertirse en el gran dolor de cabeza de la marca. “Es lo que hay”, asume su piloto estrella, que continuará luchando contra cielo y marea.

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