Sin caballos de batalla
Yamaha se enfrenta al circuito de más motor del Mundial conservando el déficit de potencia y pese a los cambios en el Red Bull Ring, Quartararo puede seguir penalizando.
A la guerra, cada cual marcha con su mejor armamento y en el caso de la lucha por el Mundial de MotoGP, Yamaha se ha dejado por el camino varios caballos de batalla que pueden perjudicarle a final de temporada. Ante la inferioridad el fabricante japonés ha sabido cómo defenderse, hasta el punto de haber establecido una ventaja considerable frente al resto de rivales que se convierte en relativa, teniendo en cuenta lo que le espera a la M1 a partir de ahora. Pese haber encontrado en Quartararo y el paso por curva una defensa perfecta, el francés es consciente de que “con más caballos, tendría la mejor moto” pero solo ha podido acostumbrarse a un déficit que puede pasarle factura de una manera más severa en el Red Bull Ring.
Yamaha se enfrenta al circuito que más motor demanda de todo el Mundial. El trazado austriaco siempre ha sido un territorio hostil para una M1 dotada de 245 cv, frente a los más de 250 cv que porta el motor de la Ducati y los 260 cv de la Aprilia, sus máximas oponentes. Traducido en rendimiento, la moto japonesa presenta un déficit de velocidad aproximado de 10 km/h que en una pista como la de Spielberg saben todavía a más. Y a pesar de la madurez que ha adquirido Quartararo con el paso del tiempo, lidiar con la falta de confianza en la potencia de la moto, los resultados pobres de las últimas citas (hizo un cero en Assen y fue octavo en Silverstone), dos rivales exigentes como Aleix y Baganaia y un trazado modificado como el de Austria, hacen que soportar todo el conjunto pueda ser tarea ardua.
El Red Bull Ring estrena nueva imagen y lo que podría entenderse como una oportunidad, queda en el aire debido a los otros puntos fuertes de Aprilia y Ducati más allá de su potencia. Las lagunas de seguridad que presentaba el trazado austriaco, se terminaron de confirmar con el escalofriante accidente de Zarco y Morbidelli en 2020, ya que sus motos estuvieron a punto de chocar a gran velocidad contra Rossi y Maverick. Pese a mantener el recorrido habitual un año más, ese momento fue clave para que la comisión de seguridad de MotoGP llamase a un cambio en uno de los pocos trazados diseñados por la propia naturaleza y el resultado, al menos sobre el papel, es una pista más lenta en la que las motos más rápidas ceden su ventaja en la segunda recta.
La nueva configuración del Red Bull Ring introduce una chicane entre las curvas 1 y 3 para disminuir los riesgos, suprimiendo lo que hasta ahora se conocía como la curva 2. Para un Quartararo disconforme, el trazado “da la sensación de ser incluso más peligrosa que antes de la modificación”, pese a que el resultado es llegar al que era el segundo punto de frenado (cuarto a partir de ahora) con una velocidad mucho más reducida y por ende, con menor riesgo ya que en las ediciones anteriores se afrontaba ese punto después de encarar una larga recta en subida que dejaba un viraje comprometido por la deceleración y la proximidad del muro.
Pero más allá de su incertidumbre sobre cómo y cuánto de seguro será el nuevo trazado, Fabio ha perdido con esta modificación uno de sus puntos fuertes en Spielberg: “A mí no me ayudará, porque la tercera curva era un punto en el que yo podía frenar súper tarde”. ¿Qué quiere decir eso? Que pese a que ningún piloto ha podido probar todavía la chicane, todo apunta a que ese punto puede potenciar la superioridad de Aprilia a la hora de atacar la curva o la aceleración de Ducati en la salida. Por lo que se anularía la oportunidad de Quartararo para minimizar los daños por vuelta sobre un trazado, en el que inevitablemente se dejará tiempo. Y si ya siente cerca a sus rivales en la lucha por el título (Aleix está a 22 puntos y Bagnaia a 49), otro recorte importante de puntos puede sumarle más presión al líder y emoción al campeonato. La lucha sigue en marcha.