“Quiero ganar a Marc en todo”
Los Márquez se han ido al parón estival como primero y segundo del Mundial. Su padre asegura que la competencia “los ha unido”: “Su relación es mucho más positiva, más fuerte y más cercana”.
En la casa de los Márquez todo es alegría tras una primera parte de la temporada que habrían firmado antes de empezar el año. Marc Márquez va líder del mundial de MotoGP con 381 puntos. Como él mismo admitió en DAZN tras el GP de República Checa todo apunta a que acabará 2025 con otro título bajo el brazo: “Afrontando las diez últimas carreras con 120 de ventaja si se escapa es que algo muy mal hemos hecho”. Esa ventaja se da precisamente sobre su hermano Álex que se sitúa en la segunda posición con 261 puntos. A pesar de tener prácticamente imposible la lucha por el campeonato, este año ha evolucionado de manera extraordinaria. Desde que llegó a MotoGP en 2020 su mejor puesto en la clasificación no había pasado del octavo lugar, un registro que este año superará con creces.
El padre de los pilotos, Julià Márquez, estuvo en CNN Sports hablando sobre cómo viven la competencia entre sus dos hijos. No es algo que preocupe a la familia, al contrario, creen que esta situación no ha hecho nada más que unirlos: “Su relación es mucho más positiva, más fuerte y más cercana. Estoy muy orgulloso de ello. ¿Qué familia no discute? Pero sus peleas duran cinco minutos. Después de eso, todo vuelve a la normalidad. Están compitiendo por lo más grande, pero su unión como hermanos está más firme que nunca”.
Desde que empezaran a competir uno contra otro en 2020 las cosas han ido cambiando. El principio fue especialmente duro recordaba Julià: “En su primer año juntos, en Repsol Honda, Marc se lesionó gravemente en Jerez. Álex tuvo que continuar solo esa temporada y luego pasó a LCR”. Esta temporada todo fluye, incluida su relación, aunque eso no quita que quieran competir al máximo como confirmaba Álex: “Sé que estoy entrenando con mi rival por el campeonato, pero hay algo muy bonito en eso. Quiero ganarle en todo: en el gimnasio, en la bici, en la pista. Esa competencia diaria nos hace crecer a los dos”. Son hermanos, trabajan juntos, pero no hacen todo del mismo modo, cada uno lo vive a su manera comentaba Marc: “Hablamos de sensaciones con la moto, pero cada uno tiene su estrategia, su jefe de mecánicos, su estilo. Sentimos cosas distintas sobre la moto, pero al final los tiempos por vuelta están muy igualados”.
Esta bonita competencia fraternal nunca habría sido posible sin el apoyo incondicional de su padre desde que eran pequeños: “Yo empecé con mis hijos desde cero. Íbamos a todas las carreras juntos en autocaravana. Entrenábamos, vivíamos el motociclismo como una familia”. Quizás ahí esté la clave para entender que incluso ahora, siendo los dos aspirantes al título, sigan entrenando juntos. Desde que son profesionales Julià reconoce que hay momentos en los que tiene que mantenerse al margen y otros en los que puede actuar como padre: “Por eso (haber vivido el motociclismo juntos siempre) ahora me gusta estar a su lado, pero sin mezclarme en lo profesional. Su relación personal es excelente, pero me aseguro de separar su trabajo de mi rol como padre. En la pista son pilotos. Fuera, soy su padre”.
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Es la primera vez que los de Cervera pueden competir de tú a tú por un título de MotoGP y probablemente no sea la última. Aunque la rivalidad esté en su punto más álgido su relación no hace más que mejorar. La familia está tranquila y feliz, disfrutando del parón hasta que el 15 de agosto vuelva la competición en Austria.
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