Martín desempata con Márquez

“De las victorias más importantes de mi carrera deportiva”; así definía Jorge Martín su triunfo en Indonesia. Lo que se podía entender como un mérito más para acercarse a esa ansiada corona de MotoGP, en realidad escondía mucho más significado del obvio. En Mandalika, el español celebraba una primera posición, volver a ampliar su ventaja en la general (hasta los 21 puntos frente a Pecco) y sobre todo, haber sido capaz de superar los fantasmas del pasado. Porque desde que se apagó el semáforo, él mismo fue su mayor rival. No importaba que ningún otro piloto fuese capaz de replicar el ritmo del piloto del Pramac y tras otra extraordinaria salida, que en estos momentos es una de las grandes debilidades de Bagnaia, el madrileño simplemente necesitaba ver la bandera a cuadros “después de lo del año pasado” y lo que ocurrió el sábado.

Hace tan solo un año, cuando también se jugaba su primera corona de MotoGP, se fue al suelo en la curva 11 durante carrera dominical, a falta de 13 vueltas. Entonces lideraba por más de tres segundos, una ventaja de la que nunca llegó a gozar en esta ocasión. Pero tampoco fue necesaria. A sabiendas que “podía ganar, el objetivo era acabar. Me daba igual si era ganar o no, la verdad”, resumía Jorge una vez celebrado el triunfo, tras una carrera en la que volvieron los recuerdos del pasado: “Al final, he tenido un fantasma en la vuelta 13 y 27 en la curva 16. Cada vez que pasaba por ahí, intentaba pasar muy lento, tranquilo”. Por eso, la última vez que pasó por ese punto bajó de su Ducati, besó el asfalto y se dio un homenaje por partida doble.

Hasta que llegó la victoria en Indonesia, hacía nueve grandes premios (desde Le Mans, donde se llevó el doblete) que Martín no vencía en domingo. De hecho, el español contaba con los mismos triunfos que Márquez en la carrera larga (dos con los de Portimao y Francia), por lo que su primera posición en Mandalika también sirvió para desempatar estadísticas. Aunque en esta ocasión, no fue una victoria cualquiera e iba más allá de Marc: “Mentalmente ha sido muy difícil, he tenido que trabajar mucho y conseguir la victoria es el trabajo de todo un año que llevo haciéndolo”.

Desde aquel final de temporada, Jorge se marcó como reto personal crecer a nivel psicológico. En un fin de semana donde el español pecó “de optimista o de demasiada confianza” en un esprint que siempre ha sido su gran aliado, también demostró que es capaz de caer, como ocurrió el sábado, y no dudar en levantarse. Porque a pesar de que su gran ventaja se ha forjado en los sábados (con triunfos en Qatar, Jerez, Le Mans, Sachsenring y la primera visita a Misano) y esos grandes contrastes por parte de Bagnaia que van del error a la victoria de una manera natural, Martín también ha reivindicado en el momento adecuado que no será fácil batirle en esta recta final.

“Hay que creer en el título”

Con cinco grandes premios por delante, la próxima parada es el GP de Japón donde hace tan solo un año, Jorge firmó un doblete de victorias. Tailandia revivió el mismo desenlace con el mismo protagonista y el español creyó en sus opciones hasta el final, a pesar de que la realidad era distinta. Entonces Bagnaia llevaba la voz cantante, pero en estos momentos no es otro que Martín el rival a batir. Por eso, el piloto del Pramac lo tiene claro: “Obviamente que hay que creer en el título de ‘Martinator’, si no no estaríamos aquí”.