MOTOGP | JAPÓN

Márquez: “Igualar a Rossi es un honor”

“Los títulos de Agostini y Nieto son imposibles, pero el décimo sí es posible porque será el siguiente número”, dice a AS sobre el futuro.

Marc Márquez.
ANDREAS SOLARO
Mela Chércoles
Mela Chércoles nació en Madrid en 1975 y accedió a AS en 1996. Es enviado especial a los GGPP de Motociclismo desde 1999. Colaborador de la SER. Licenciado en Periodismo por el CEES, en la actualidad UEM. También ha cubierto el Dakar en 2004, la información del Real Madrid y la Selección Española de fútbol.
MOTEGI Actualizado a

Marc Márquez atiende a AS en el paddock del circuito de Motegi, a pocas horas de arrancar la carrera que le puede proclamar campeón del mundo por novena vez, séptima en MotoGP. Lo hace en el escenario en el que ya se coronó tres veces, como piloto Honda, y ahora lo puede hacer por vez primera con la Ducati. Todo pasa por sacarle tres puntos más a su hermano Álex en el cómputo de este GP de Japón. Sabe que si no será aquí, será en Indonesia, pero será acreedor de un título que para muchos le convertirá en el mejor de la historia. ¿Y para él?

-¿Qué le dice a los que pensamos que este título le convertirá en el mejor de la historia?

-No estoy de acuerdo.

-Me lo imaginaba. ¿Por qué?

-No estoy de acuerdo, uno, porque yo nunca diré si soy el mejor, y porque creo que cada piloto ha tenido su época. Es muy difícil decir que uno es mejor que otro. Luego, cuando uno se retira, te dicen los números quién es el mejor. Los números no engañan. Las palabras se las lleva el viento, pero los números no engañan y ves dónde estás. Hay pilotos que no se han enfrentado y no se sabe quién es más rápido, porque cada uno ha tenido su época, sus dificultades, sus lesiones y sus momentos.

“No estoy de acuerdo en que este título me convierta en el mejor de la historia”

Marc Márquez

-¿Cree que los números son más importantes que las sensaciones o los sentimientos?

-Los números no engañan y es lo que queda dentro de 50 años. A las siguientes generaciones les puedes contar que hubo un piloto con una lesión que casi le retira, pero no lo han vivido. Es como el debate que tenemos tú y yo entre Maradona y Messi. Tú has vivido los dos, pero yo sólo he vivido Messi y por eso creo que es mejor que Maradona, del que me han contado cosas y he visto vídeos. Las carreras de los deportistas, por desgracia, no sólo son números sino también momentos, lesiones, capacidad de adaptación y sensaciones.

-¿Qué tiene más valor en este título: haberse sobrepuesto a una grave lesión con cuatro operaciones en dos años, decir adiós a su familia en Honda para apostar por un equipo satélite como el Gresini o renunciar a una enorme cantidad de pasta saliendo de su zona de confort en busca de una moto competitiva?

-Para mí, la uno, porque las otras dos son consecuencia de la uno. La uno es la que no buscas, no decides y te encuentras. Todas las otras decisiones fueron por la uno.

-¿Tan cerca estuvo de la retirada?

-Claro. El concepto, y no he negado nunca que lo que hice no fue renunciar sino invertir en mí. Hice un año de inversión para coger la mejor moto de la parrilla, que era la Ducati, aunque fuera una del 23, y con ella ya entiendes si tienes el nivel o no. Si lo tenía, seguía, si no, paraba, porque yo no soy piloto de rellenar parrillas.

-¿Qué supondrá para el Márquez niño, cuyo ídolo era Rossi, igualar sus nueve títulos con siete de MotoGP?

-Ya se fueron igualando diversos récords de nombres importantes y esto es un honor, y el igualar a Valentino Rossi es otro honor. Yo siempre dije que, cuando miraba las carreras, mís ídolos eran Valentino Rossi y Dani Pedrosa. Eran dos que miraba y me quedaba embobado mirándolos. ¿El referente? Siempre me había fijado más en Pedrosa, por la estatura, porque yo me parecía más a Dani cuando era pequeñito y quería ser como él, pero igualar a Rossi... Es uno de los grandes nombres, como cuando en otras cosas he igualado a Agostini o Nieto. Te ves alrededor de nombres que cuesta creer.

-¿De verdad que no le hubiera gustado rematar este título en Misano, en la casa de Rossi?

-Mira, una cosa lleva a la otra y allí tuve un domingo diferente y lo que hice en el podio me gustó más que rematar el título.

“Lo que hice en el podio de Misano me gustó más que haber rematado el título”

Marc Márquez

-Aparte de ganar, ¿el tapar bocas con ese gesto de enseñar el mono rojo Ducati en el podio? Y emulando a su querido Leo Messi...

-Es un gesto que tenía doble o triple sentido. Estás enseñando el E’ rosso (Es rojo), el mono rojo. Le di vueltas por la noche. Ojalá llegué la celebración del título, pero no me gusta hablar de eso ni prepararla, pero lo del mono me creó extra de motivación y de concentración. Me gustaba y me decía que tenía que hacerlo, porque la imaginaba. Si enseñas ahí un mono de una fábrica que no es Ducati es diferente, pero hacía el E’ rosso que había hecho Davide Tardozzi. Y luego el doble sentido de Messi en el Bernabéu, pero no lo hice porque sea culé. Si lo hubiera hecho otro y hubiera sido una imagen icónica, también lo habría hecho.

-A Agostini le preocupa que pueda llegar a sus 15 títulos. ¿Tiene motivos para esa preocupación?

-No, imposible. 15 no, imposible. Nunca se sabe, pero imposible. Inviable.

-¿Los 12+1 de Nieto?

-Tampoco. No. No es imposible del todo, pero imposible también.

-¿Y el décimo se convertirá en una obsesión como le sucedió a Rossi?

-No. El décimo es posible, porque es el siguiente número. Estoy hablando como si diera por hecho este título...

“Los títulos de Agostini y Nieto son imposibles, pero el décimo sí es posible porque será el siguiente número”

Marc Márquez

-Lo hace en el hipotético caso de...

-En el hipotético caso, lo veo posible. ¿Si será una obsesión? La obsesión era volver de la operación. Eso sí se convirtió en una obsesión, en el sentido de que, si no hubiera sido una obsesión, no hubiera vuelto. Era un obsesión diaria. Me levantaba cada día pensando en recuperarme. Eso es una obsesión. Yo no me voy a levantar cada día pensando en cómo ganar el décimo, cómo ganar el décimo. No. Ya veremos.

-Por cerrar con Agostini, una de las cosas que él lleva muy a gala es que ganó diez veces el TT de la Isla de Man...

-Ahí no voy a competir nunca. No lo comparto. Para eso se han creado los circuitos y llevar ahí al límite una moto. Ahí juegas a la lotería.

-Ahora que lo dice, yo tengo ya un décimo para Navidad en honor a usted con el 34.993. El 34 es por las victorias suyas que vaticiné a principio de este año, tras el doblete de Tailandia, el 9 por el número de título que supondrá éste y el 93 por su dorsal.

-(Se ríe y no dice nada).

Márquez: “Igualar a Rossi es un honor”

-¿Esperaba arrasar como lo ha hecho esta temporada?

-No. Ha salido un año increíble y quiero acabarlo de esta manera. No quiero bajar la guardia cuando se cierre el título sino seguir con la misma dinámica. Ya me ha pasado otros años y es lo más difícil, el seguir con la misma concentración e intensidad. Lo que no esperaba era estar a falta de seis carreras pudiendo cerrar el título, porque hay muchos puntos en juego aún. Ha sido una temporada... Hubo 14 salidas seguidas ganando (siete dobletes), y eso es más difícil que ganar diez domingos seguidos.

-¿Qué le dice a los que creen que no ha tenido rival? Su mayor rival está claro que ha sido usted mismo y sobre todo conociéndole como le conocemos...

-(Sonríe). Lo importante también de un deportista es desconectar al rival en ciertos puntos. Es empezar de la mejor manera, seguir cogiendo confianza y de esa manera desconectas al rival.

-En eso es un especialista...

-Intento, intento, pero... Mucha gente dice: “Jode así. Jode asá”. Pero no es eso. Uno puede hablar maravillas en el micro, hacer un gesto u otro, pero la mejor manera es salir a pista y tiempo, salir a pista y pum, tiempo. De esta manera, poco a poco, vas dando con el martillo. Es como el ir gota a gota, que va calando.

“Lo importante también de un deportista es desconectar al rival en ciertos puntos”

Marc Márquez

-¿Cambiaría alguno de sus títulos por darle uno a su hermano o cree que lo acabará ganando él por méritos propios algún día?

-A mí me encantaría que ganara Álex uno. ¿Si lo cambiaría por uno mío? No se lo regalaría, pero el año que viene él tendrá una moto oficial y será el rival de entrada. ¿Por qué? Porque tendrá una moto oficial y porque tiene toda la pinta de que este año terminará segundo del campeonato. Aún lo tiene que cerrar, porque están Bagnaia y Bezzecchi, que llega. Si lo cambiaría una vez conseguido, sí, que compitiendo se lo voy a regalar, no. ¿Y si es posible que sea campeón? Sí, porque lo ha demostrado en otras categorías y lo está demostrando este año. Se lo dije al equipo en el primer test, el de Montmeló, cuando se subió a la Ducati 24, que cambiaba mucho respecto a la 23. Les dije que Álex lo iba a hacer bien, porque lo hace cuando tiene la confianza. Yo soy más camaleón y me adapto. Voy cambiando la piel, el estilo de pilotaje y lo saco. Él, cuando lo tiene, lo tiene, y si no, trabajando lo saca.

-¿Hubiera sido campeón el año pasado de tener una GP24 en vez de la 23?

-Yo te voy a decir que no. Más cerca sí habría estado, pero campeón no se sabe. Era mi primer año con Ducati. No hubiera sido campeón.

-¿Ha hecho alguna promesa por si volvía a ser campeón alguna vez?

-Me retiraré en paz.

-¿No se habría retirado en paz de no haber vuelto a ganar?

-Sí, porque lo hubiera intentado, pero siempre con el resquemor ese... No habría fracasado, porque para mí el fracaso es no intentarlo. Hubiera sido un intento y hubiera quedado ese regustillo de que una lesión me ha jodido. No diré que me ha jodido tres o cuatro años de mi carrera, pero me ha hecho perder tres o cuatro años y aprender un concepto de vida diferente.

-¿Quién fue su ejemplo inspirador en ese tiempo? Se le compara con gente como Jordan o Nadal y muchos dicen que es la reaparición más brutal del deporte.

-Hubo tres que me inspiraron. Dos con los que hablé mucho, Alberto Puig y Doohan, por lo que pasaron ellos con la pierna y Doohan luego fue campeón. Hablé mucho con él. Y también me inspiró mucho Rafa Nadal, cuando ganó el Open de Australia en 2022, que le daban por acabado y yo estaba con el brazo en cabestrillo.

-Yo fui testigo directo del momento en el que se conocieron Nadal y usted. Fue en la gala de los Premios AS de 2010, que Rafa llegó más tarde y entró en la sala saludando a todos los que estábamos, uno por uno.

-(Sonríe). Me acuerdo. Se presentó él uno por uno, y eso marca la diferencia. He ido a galas en las que entra uno y parece que te esté perdonando la vida cuando eres un pequeñito, pero con él daba igual. Yo era pequeñito ahí y no sabía si me había conocido o no, pero me había saludado. A mí siempre que me llega al box un invitado especial le saludo a él y a los amigos que le acompañan, hay gente que no.

-¿Qué le dijo Nadal durante su calvario físico?

-El típico ménsaje de WhatsApp de mucho ánimo y todo eso. Tampoco tuvimos mucha conversación, aunque sí que mantengo una magnífica relación con él y fui a visitar su academia y me atendió muy bien.

-Terminamos con una pregunta personal. Se le ve muy bien en pareja y supongo que algún día le gustaría tener hijos...

-Me gustaría, me gustaría. (Sonríe).

-¿Esperará para ello a retirarse o lo sería incluso estando en activo?

-Eso hay que sentirlo. Hay que sentirlo. (Sonríe y le medio tiembla la voz). Es verdad. Hay que sentirlo. Ahora tengo una vida muy estable emocionalmente, estoy muy bien y encantado, pero eso hay que sentirlo. Tú lo sabes, es una cosa que haces y ya no hay vuelta atrás. Yo quiero muchísimo a los perritos, pero les dices: “Venga va, a tu sitio”. Y se duermen y ya está. Pero un niño es un niño. La responsabilidad más grande la vida.

-Llegado el caso, ¿le gustaría que fuese piloto?

-No. No, porque la que se le vendría encima no me gustaría que lo viviera. Por ser hijo de. Le compraré un balón, una raqueta de tenis, un palo de golf, lo que quiera. Baloncesto, no, porque Gemma y yo nos quedamos cortos, pero moto no me gustaría.

-Nunca olvidaré la primera vez que le hablé, como si fuera un mocoso de seis o siete años en vez de los 13 que ya tenía...

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-(Sonríe). Me lo has dicho alguna vez, pero es que yo veo imágenes de cuando llegué al Mundial en 2008 y, aunque tenía 15 años, parecía que tenía diez y esto era de cuando estaba en el Campeonato de España.

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