“Fue un shock cuando Márquez dijo que se iba de Honda”

Apenas han pasado unos días desde el inicio del año, pero el Mundial de MotoGP ya ha sido testigo de sus grandes cambios para esta temporada. La llegada de 2024 ha supuesto toda una revolución para la parrilla, en especial para esos equipos y pilotos que comienzan una nueva vida dentro de la competición. Cerrar etapas para abrir otras nuevas. El fin de los contratos el pasado 31 de diciembre, para dar paso a un nuevo ciclo desde este pasado 1 de enero, jornada en los que muchos ya han cambiado sus biografías o sus fotos de perfil con la nueva imagen que estrenarán este curso. De hecho, Marc Márquez y el Gresini Racing han sido los primeros, como no podía ser de otra manera. El gran bombazo del pasado año no se ha hecho esperar y, ya desde primera hora de nuevo año, se compartieron sus primeras impresiones con la Ducati, así como instantáneas junto a su compañero de marca y hermano, además del resto de personas que componen ambos lados del box italiano.

Pero en el Repsol Honda también serán testigos de otra gran revolución. La salida de su piloto estrella ha dado paso a la llegada de una joven promesa, Luca Marini, que cumplirá “un sueño” presente desde su infancia, aunque con la presión de alcanzar el nivel tan alto que deja el español. El reto es complicado, pero él mismo lo ha buscado. En sus primeras palabras junto a la marca del ala dorada, el hermano de Valentino Rossi admite que “fue un shock cuando Marc dijo que se iba de este equipo” y que, en su objetivo de encontrar un hueco en un equipo oficial, no pudo perder la oportunidad de probar suerte: “Entonces, intenté junto a mi mánager y el resto de personas que siempre me acompañan buscar un contacto con el equipo y ver qué posibilidades tenía en este nuevo proyecto de desarrollar una moto potente que pueda ganar carreras y títulos de nuevo. Salió bien, así que vamos a empezar esta nueva aventura del mejor modo posible”.

Marini dará el salto a HRC desde la estructura de Rossi, dejando la mejor moto de la parrilla (una Ducati) para afrontar un proyecto con, todavía, muchas lagunas. La situación en Honda sigue siendo muy delicada, todavía inmersa en la peor crisis de su historia y que ha provocado la salida inmediata de Márquez, a quien le faltaba un año de contrato por cumplir. Sin embargo, el español no tenía tiempo que perder y, a sus 30 años después de tres temporadas de lesiones, necesita saber si puede volver a ser el mismo de siempre. Pero para Luca, la situación es completamente distinta: quiere ser campeón del mundo cueste lo que cueste y sabe que hacerlo dentro de una estructura oficial siempre dará muchas más posibilidades de lograrlo. Eso sí, habrá que ponerse las pilas y “trabajar muchísimo”. “Ya he podido ver y conocer a mucha gente dentro del box, me gusta mucho trabajar con los japoneses y su cultura”, revela Marini en una charla con su nueva marca, con la que ya ha podido rodar en los pasados test de pretemporada en Valencia.

Y todavía tendrá dos oportunidades más para seguir adaptándose a su nueva moto. El test de Sepang se celebrará del 6 al 8 de febrero con toda la parrilla y, por último, las pruebas en Qatar los días 19 y 20 del mismo mes. El objetivo será “mejorar la moto y sacarle un buen rendimiento”, sin ver todavía a los resultados porque, el italiano, sabe que “lo primeros es ganar a mis compañeros de Honda”, lo que “no será fácil”. “De momento tengo poca experiencia con esta moto, pero voy a sacar lo mejor de mía para intentarlo todo”, asume el reto con el que pretende “empujar desde el primer momento porque Honda tiene que volver a ganar carreras lo antes posible”. El invierno es largo y, al menos, ya se ha podido ver grandes cambios en la nueva moto que a Joan Mir parecieron gustarle. Solo les queda encontrar el camino adecuado.

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