El resurgir de los campeones
La falta de referencias en un trazado nuevo como el de India saca a relucir el talento de los pilotos. Meses después, tanto Honda como Yamaha volvieron a pisar el podio.
“¡Es oro para nosotros!”. No fue una euforia descontrolada, pero en Honda sí se sintió alivio. Nunca un bronce se había saboreado al nivel de una victoria en el seno del Repsol Honda Team. Y menos del lado de un ocho veces campeón del mundo como Marc Márquez... pero en tiempos de guerra cualquier agujero es trinchera. Y, aunque en 2019 el podio se había convertido en algo habitual para ellos, la mayor crisis de la marca del ‘ala dorada’ les ha enseñado a celebrar cualquier resultado, por muy poco que parezca. El tercer puesto del esprint del sábado costó mucho trabajo. “Hace tiempo, ¿eh?”, comentaba Santi Hernández, jefe de mecánicos de Marc Márquez a su piloto, haciéndole ver que, aún en tiempos difíciles, siempre hay lugar para una sonrisa. Y no es para menos: el ilerdense no se subía al podio desde la esprint de Portimao el pasado marzo, durante la primera cita de la temporada; para Honda, los últimos resultados llegaron en Austin con el segundo puesto de Rins el sábado y la posterior victoria del domingo.
Al otro lado del box, la felicidad también se palpaba: Joan Mir sumaba sus primeros puntos de los domingos con un quinto puesto esperanzador, después de entender ciertos aspectos de la moto en el test de Misano que le hicieron “tener más confianza” con la moto. “Fue crucial e importante”, asumía el mallorquín que, aún con el buen resultado, se fue con “sentimientos mixtos” del fin de semana. El paso adelante fue más que positivo, pero unas vibraciones en el neumático trasero de la RC213V no le permitieron luchar por el podio y mantener el nivel de Jorge Martin y Fabio Quartararo para rematar la faena en el primer GP de la India de la historia en MotoGP. Al menos, las pruebas que no consiguieron convencer a Márquez sí resultaron ser positivas para él y su adaptación a la Honda. Finalmente, los japoneses han podio dar un paso más y cambiar esa mentalidad de gestión que venían adoptando desde el regreso de las vacaciones de verano. Volvieron a tomar un extra de riesgos, buscando el límite y, aunque para Marc acabó resultando una nueva caída, su motivación no decayó: levantó su moto y, en ocho segundos, ya estaba de vuelta en pista para remontar del 16º al 9º. “Conseguí un nivel muy similar a Quartararo y por eso puedo estar contento”, asumía al término del fin de semana.
Y, de hecho, el francés fue el tercero de los campeones que resurgió con el estreno de India en el Mundial. El piloto de Yamaha comenzó el fin de semana haciendo pública su tensión con la marca japonesa porque el nivel de la M1 no está, ni de lejos, cerca de lo que le prometieron. Por eso, pese al podio, las sensaciones “han sido malas” al poder “ver todos nuestros problemas” que, además, “son los mismos desde hace mucho tiempo”. Pero dentro de sus limitaciones en términos de velocidad, han podido asumir muchos riesgos y lugar hasta el final por un segundo puesto que se escapó en la última vuelta. “Patinando y moviéndome no he podido hacer nada”, resumía Quartararo que se mostró contento por “el ritmo del fin de semana y un resultado final como este”. “Muchas veces casi me caigo al ir tan al límite, pero al final hemos conseguido el podio”, añade. Mejor eso que nada.
Motegi, la gran duda
Pero, ¿por qué de este resurgir repentino en los campeones? No hay gran misterio. La India llegaba como el gran estreno de la temporada. Un circuito sin referencias, sin datos, donde el talento sale a relucir por encima de las prestaciones de la moto y, además, otro dato importante que reveló Márquez: resulta ser un trazado “muy similar” al de Austin, casualmente donde ambas marcas lograron sus últimos grandes resultados (eso sí, Fabio también se subió al podio en la esprint de Assen, aunque en carrera de domingos, el GP de las Américas fue el último) y donde el catalán es un experto. “Es una pista muy similar. Hay muchas curvas de ‘stop and go’, en las aceleraciones hay que tener una buena tracción, y no es necesario utilizar el ángulo de inclinación”, explicó Márquez sobre sus puntos débiles y deja en el aire el verdadero misterio: ¿Se podrá replicar en Motegi? El reto es complicado y, aunque la composición del trazado es similar, el regreso de la carcasa estándar de Michelin plantea muchas dudas, aunque sea una mejor opción para el ilerdense. “Veremos en Japón”, dudaba Mir, aunque se quedan con los aspectos positivos: se han adaptado rápido al circuito y pese a que no se lo esperaba, fueron capaces de crecer durante un fin de semana al que no se aspiraba a nada.