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MOTO3 | JAPÓN

David Alonso da a Colombia su primer Mundial

El pupilo de Aspar y Terol se corona a lo campeón, con la décima victoria el año, lograda en Japón por delante de Veijer y Fernández.

MOTEGI
La salida de Moto3 en Japón.
FRANCK ROBICHONEFE

Día para la historia de Colombia, que ya puede presumir de tener un campeón del mundo en las motos. Se llama David Alonso y es tan bueno que ha cerrado el campeonato de Moto3 a cinco carreras del final. El Colombiano de Madrid nació en la capital de España, vive en un pueblo de Guadalajara, en Torrejón del rey, y se pasa media vida en Valencia, donde entrena y se hace hombre con la familia del CFMOTO Gaviota Aspar y corre con bandera colombiana en homenaje a su madre, Marcela, para alegría de su padre, Agustín, que tuvo el placer de verle pasear en su vuelta de honor ambas banderas, la de Colombia y la de España.

El nuevo campeón no necesitaba ganar también en Motegi, pero lo hizo y firmó su décimo triunfo del año, lo que no se veía en la categoría pequeña desde los tiempos de Mir, Márquez y Gresini. El #80 traía 97 puntos de ventaja sobre Holgado, que acabó segundo, 105 sobre Ortolá, que se cayó a dos vueltas del final cuando iba tercero, y 107 sobre Veijer, que terminó a medio segundo de distancia sobre Alonso y superó por 0.242 a Fernández, que cerró el podio.

La carrera de Motegi la manejó a su antojo, como ha hecho casi toda la temporada, y ni siqiuera tuvo dudas cuando en los primeros compases de la prueba rodaba séptimo. La primera vez que rodó en posiciones virtuales de título fue en la vueltpa 17, a siete del final, y ya en ningún momento se dio otra combinación que no fuera en la que él salía campeón. Todo ello hizo olvidar el mini susto previo a la carrera, porque en la vuelta de formación de parrilla tuvo un trallazo al pisar lo verde y con el casco rompió una cúpula que le cambiaron a toda pastilla en la misma posición de salida.

Ya en la carrera, el pupilo de Aspar y Terol se puso primero a tres vueltas del final y ahí rompió el grupo de cabeza, que llegó a ser de siete unidades, y acabó con él cruzando la meta con medio segundo de ventaja sobre el primero de sus perseguidores. En realidad, no hubo emoción, porque su autoridad fue tal que hasta desde fuera se percibía con facilidad la estrategia de carrera que había diseñado en su privilegiada carrera, de menos a más, y hasta la gloria.

No es casualidad que uno de los que le felicitara en su camino al box fuera, desde el pit lane, el mismísimo Marc Márquez, que entrena con él de cuando en cuando para contagiarse de su juventud, la misma de la que goza y disfruta un Aspar al que obligó a venir a Japón 12+1 año después, para celebrar el Mundial número 11 de su escudería, los cuatro suyos como pilotos más los de Bautista, Talmacsi, Simón, Terol, Arenas, Guevara y Alonso. Y los que quedan...

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