Álex Márquez: “Hay que acabar de entender algunas cosas”

Antes de que 2026 comenzase a rodar sobre el asfalto y vista la situación en la que se encuentra Pecco Bagnaia, desde Ducati aseguraron que depositarían su confianza en Álex Márquez. Davide Tardozzi, team manager del Lenovo, dejó claro que sería el vigente subcampeón de MotoGP quien se ocuparía de liderar el desarrollo de la Desmosedici y le convertía en “un punto de referencia para Bagnaia” de cara a un nuevo curso en el que el español, además, estrena estatus dentro de Borgo Panigale. Porque a pesar de que su contrato sigue siendo con Gresini, para la próxima temporada el ilerdense contará con material oficial igualando su categoría a la de Marc, el propio Pecco y Di Giannantonio.

Con el nueve veces campeón fuera de juego, la coyuntura era perfecta para hacer de la figura de Álex un ejemplo a seguir y lo demostraron desde el último gran premio de la temporada; donde el español probó la aerodinámica de la GP25 para llegar a las pruebas del martes con algo de trabajo adelantado. Una misión cumplida que nada más estrenar la jornada de test, le permitió al pequeño de los Márquez ponerse al manillar de la nueva Desmosedici junto a la que marcó el tercer mejor crono del día (1:29.457) a apenas 84 milésimas de la referencia (la Aprilia de Raúl Fernández) y también, acabar el día con una sonrisa que hacía imposible ocultar las buenas sensaciones de las que sigue gozando el bicampeón junto al prototipo italiano.

“Ha sido un día bastante positivo”, confesaba Álex, a pesar de que tuvieron “mucho menos tiempo en pista del que esperábamos, muchas menos vueltas y, por lo tanto, probamos muchas menos cosas de las que teníamos previstas”. La meteorología complicó la jornada para todos y Ducati no fue una excepción en esa primera toma de contacto con un 2026 en el que se cumplieron las palabras de Tardozzi. Porque sobre el asfalto se vieron cambios, pero para nada fueron revolucionarios. “Lo único que habéis visto es el carenado de fuera, la parte lateral, muy evidente", explicaba el pequeño de los Márquez, sobre un nuevo carenado aerodinámico, pintado de color negro, que fue el único detalle percibido a simple vista en una Desmosedici donde había otra misión más primordial: “Probar diferentes soluciones y direcciones de cosas para ver hacia donde tirar”.

“Son motos muy parecidas”

La misión del piloto de Gresini sobre el asfalto se centró en darle a los ingenieros “toda la información necesaria para trabajar estos meses y tener cosas diferentes en Malasia”. Sobre sus sensaciones con “una moto diferente”, Álex reconoce que se sintió “bien y eso es lo positivo”. Pero de momento no quiere catalogar a una Desmosedici junto a la que “hay que acabar de entender algunas cosas”: “No quiero ponerle nombre, si es GP25, GP26 o qué es, simplemente es diferente y me he sentido bien". ¿Quiere decir eso que mejora sus sensaciones junto a la GP24 que le estrenó como ganador de MotoGP? “Faltan vueltas aún para que pueda decirlo, pero son motos muy, muy parecidas”, argumenta el pequeño de los Márquez, tras una primera toma de contacto que simplemente ha sido útil para abrir varias direcciones de cara a lo que resta de pretemporada.

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Por el momento, en un estreno más breve de lo que a todos les hubiese gustado en Ducati, simplemente se han montado “varias piezas solo para probar y saber qué dirección seguir y qué poner todo junto”. Todavía con Marc fuera de juego de manera indefinida, aunque se estiman cuatro meses de recuperación, “hay un mix de cosas que hay que acabar de entender. Pero al final, en todo lo que he probado he intentado ir al límite. Ese es nuestro trabajo, que el equipo tenga buena información y a partir de ahí vean con números qué es mejor, porque los números nunca mienten”.

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