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Victoria agónica y de locura de Álex Palou

El español vence en un disparate de carrera con cinco amarillas y que perdió su compañero Dixon por hacer mal los cálculos del consumo.

Victoria agónica y de locura de Álex Palou
CHRIS OWENS 2025
M.A. del Pozo
En Diario AS desde 2001, ha pasado por diversas secciones: Cierre, Televisión, Más Deporte, Web (Portadista y fútbol) y actualmente en la sección de Motor desde el año 2019 cubriendo distintas disciplinas (Superbike, WEC, Indy, MXGP, Trial).
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El GP de Road America de la IndyCar fue, sin duda, el más loco de todo lo que se ha vivido a lo largo de la temporada 2025. Pasaron tantas cosas que lo único normal fue que Palou ganó (sexta del año) sobreviviendo y calculando al milímetro el consumo. Llegó a meta a vela. Algo que no pudo hacer Dixon, quien realizó una remontada espectacular desde el 25º hasta que se quedó sin gasolina y tuvo que hacer una parada de emergencia cuando lideraba. La posición y la victoria la heredó Palou, cuyo equipo y estratega, Barry Wanser, acertaron con los cálculos.  

Además de la victoria, la tajada que sacó Palou de cara al campeonato fue extraordinaria. Kirkwood solo pudo ser cuarto y O’Ward quedó lejísimos, en 17ª plaza. El español sacó la calculadora tras haber salido indemne de la locura de Road America, pero no para ver la distancia con sus rivales, si no para ver cuándo se encendía la reserva de su coche. Porque la imagen de media parilla tirada sin combustible al cruzar la meta resume lo que fue el domingo: una locura de la que sale Palou más líder, con 93 puntos sobre Kirkwood y 111 sobre O’Ward.

Las hostilidades comenzaron desde la misma salida. Fue una arrancada mala de Palou, quien empeñado en cerrar a Kirkwood se vio relegado al séptimo puesto. Se metió en zona peligrosa. Sin ir más lejos, David Malukas, quien mandó al muro al español en Detroit, trompeó cerca de él, provocando la primera amarilla de la jornada que aprovechó Dixon como decíamos.

Aguantó Foster el ataque de la jauría y mantuvo detrás a McLaughlin y Kikwood. Pero fue un espejismo, porque en la resalida el de Penske no tuvo piedad. Y tampoco la tuvo el español, que empezó a mostrarse más agresivo e hizo un dos por uno valiente contra Power y el de Andretti, para ponerse cuarto. Kyle se vio claramente perjudicado por Will, al que reclamó la posición, sin éxito. Luego sería justo al contrario.

Los nervios fueron evidentes y muestra de ello fue la tercera amarilla en solo 10 vueltas y una agitación en la clasificación en la que se puso primero…Scott Dixon ajeno a su cruel destino. El compañero de Palou salió 25º y corriendo a la contra, ya era primero. El español, que entró cuarto, salió decimocuarto, justo por detrás de Kirkwood. El espectáculo estaba servido y el de Andretti le devolvió la maniobra al de Penske y Palou volvió a hacer… un dos por uno.

Había acciones por todos las posiciones, la carrera parecía una guerra de guerrillas y visto lo visto era fundamental sobrevivir. Que entre tanta reyerta, incluso entre compañeros de equipo y más allá de los límites de la pista, como la que se vio entre Newgarden y McLaughlin que le dio otras dos posiciones a Palou, no era sencillo. Poco después llegó el cuarto ‘warning’ de la tarde protagonizada por Conor Daly, quien con las prisas de volver a pista se llevó enganchada la cincha con la que le sacaron de la grava. Toda la tranquilidad que se había vivido en lo que a banderas amarillas se refiere a lo largo de la temporada acabó de golpe y porrazo en una nerviosísima carrera.

La prueba tuvo quinta amarilla, por obra y gracia de un error grosero de Newgarden. Como decíamos había que sobrevivir. Y lo hacía mejor que nadie Dixon, el rey en eso de aprovechar las estrategias más inverosímiles para llegar desde (muy) atrás. Palou era tercero en la relanzada por detrás de su compañero y Rossi. Pero los dos de delante fallaron.

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El último stint sirvió para resolver quién acertó con la estrategia y los cálculos de consumos y degradaciones. Pararon primero Rossi y luego Dixon, dejando aire limpio a Palou que volvió segundo tras su último paso por boxes por detrás de Dixon. En definitiva, fue Ganassi con su coche 10, para sorpresa de nadie, el equipo que mejor exprimió la estrategia. Usaron dos distintas con un mismo objetivo y acertaron con una. Con los dos compañeros de equipo al frente, no hubo batalla. Porque Dixon se quedó sin gasolina, tuvo que realizar un Splash and dash y Palou que era segundo, venció. Segundo fue Rosenqvist, quien también se aprovechó del fallo de cálculo de Rossi, que perdió el podio a falta de cuatro vueltas. Porque fue todo una locura.

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