Un vivac a medio gas

La intensidad que está viviendo este Dakar para los pilotos, se traslada hasta la sala de prensa. A ritmos diferentes, cada cual tenemos que cumplir con nuestra labor y en una mañana marcada por los problemas del único favorito que queda en activo en la categoría de coches, Al Attiyah, a la Prensa nos tocó tirar de paciencia después de un madrugón habitual cuando hay cambio de campamento. Recién llegados al vivac, sacar el ordenador era la prioridad para tratar de entender qué había pasado en la carrera hasta ese momento. Pero un aviso por megafonía nos hizo abandonar a todos los presentes la sala de prensa, por una inspección policial.

Las palabras no iban acompañadas de confianza; pero no hubo más remedio que obedecer. Y al salir, nos encontramos con un vivac a medio gas en el que todavía estaba todo por organizar. Los equipos ni siquiera tenían acceso al interior del vivac (deben pasar al menos cinco horas entre un vivac y otro para que les dejen pasar), varios trabajadores comenzaban a montar todas las exclusividades y lujos que se encontrarán los invitados a la etapa de descanso en Ha’il y mientras tanto, los encargados de contar qué sucedía en el evento tenían que trabajar como pudiesen en un comedor, que se transformó en sala de prensa y lugar de acogida. C’est le Dakar.