Loeb supera las trampas y apunta a Sainz: “Ha funcionado”

Dos viejos conocidos del WRC se citan mano a mano para disputarse el prestigioso Toaureg que acreditará a uno de ellos como ganador del Dakar. Carlos Sainz y Sebastien Loeb se han quedado en solitario buscando una victoria que para el madrileño supondría la cuarta en la disciplina, mientras que para el francés sería su consagración definitiva en el desierto. En los últimos años el piloto de BRX lo ha tenido todo de cara para ganar, salvo la suerte. Pero este, de momento, tiene tintes diferentes y además está exhibiendo un nivel sorprendente que incluso ha sido resaltado por el español.

“Seb’ ha hecho un súper etapón”, reconocía Carlos, y desde dentro del Hunter de Prodrive se ha vivido así: “He intentado apretar todo el rato, pero sin tomar demasiados riesgos en la parte más dura. Quise cuidar las ruedas, excepto al final, donde apreté fuerte sobre las piedras porque quedaban pocos kilómetros”. La estrategia fue opuesta a la de Sainz, ya que el español reconocía haber bajado el ritmo en esa zona para evitar un pinchazo que acabó llegando en el Audi, pero nunca afectó al prototipo de BRX en una jornada donde “había muchas trampas en el ‘roadbook’, mucha navegación y cruces de caminos donde se podría haber perdido mucho tiempo”.

De nada le importó a Loeb llevar el peso de abrir pista. Incluso en esas condiciones dentro de un terreno casi escaso de referencias dominó de manera rotunda y le recortó a Carlos un tercio de su ventaja (10 minutos). Algo que “por supuesto es bueno” y será el objetivo hasta el final: “Intentaremos siempre apretar y recuperar tiempo como hoy, donde, afortunadamente ha funcionado. Esperemos que continúe así”. En los próximos días el plan es “intentar hacer buenas etapas” en una carrera “donde todo puede decantarse hacia un lado u otro en cualquier momento” en la que será una lucha “especial contra Carlos”: “Siempre me gusta batirme contra él, sé que es muy fuerte y está muy motivado. No será fácil batirle”.

Además del ritmo que ha exhibido, Loeb tiene a su favor una ventaja táctica en comparación al piloto de Audi a la que no quiere recurrir. “No quiero usar la ayuda de Nasser (Al Attiyah)”, dice rotundo el francés, y explica el motivo de su rechazo: “Si paro y él necesita ayudarme es que algo no está yendo demasiado bien para nosotros. Espero no necesitar eso, pero si son tres pinchazos y él está cerca, claro que será buena su ayuda”.

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