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DAKAR

Las cinco claves que dieron la victoria a Sainz en el Dakar

El español y Lucas Cruz logran juntos un cuarto Touareg que se forjó en torno a cinco momentos decisivos que marcaron por completo el porvenir de la carrera.

Las cinco claves que dieron la victoria a Sainz en el Dakar
PATRICK HERTZOGAFP

Han sido varias las ocasiones en las que la suerte ha mirado para otro lado, pero en esta edición y después de tres años de trabajo que fueron una apuesta por parte de Audi al todo o nada, la marca alemana ha sobrevivido a la edición más dura en Oriente Medio. Sainz tenía una cita con la historia para ser el primer piloto que ganase con cuatro marcas distintas la carrera, pero junto a Lucas Cruz, también tenía espacio en esa cita una estructura que no llegó al Dakar solo para participar. A la tercera ha ido la vencida y cinco han sido las claves que han decantado la balanza a favor de la tripulación española.

La fiabilidad lastra a Loeb

Eran muchas las incógnitas en torno a si el Hunter habría desechado definitivamente los problemas de fiabilidad en su lista de tareas pendientes, pero tan solo hubo que esperar a la primera etapa para ver que el prototipo de Prodrive seguía teniendo debilidades. A pesar de que en un primer día de Dakar es demasiado aventurado asegurar que los 20 minutos que perdió Loeb a causa de un problema en las suspensiones eran insalvables, lo cierto es que esa diferencia, junto a otros diez minutos más que se perdieron por el camino, forjaron el colchón con el que Sainz afrontó la segunda semana y que, por lo tanto, obligaron al francés a salir al ataque en cada etapa hasta forzar el error.

La estrategia en la 48 horas

Desde que Sainz y Lucas Cruz se bajaron del coche en la quinta etapa, el plan para el día siguiente en un formato novedoso de 48 estaba claro: había que evitar a toda costa abrir pista. Hubo quien cuestionó esa opción e incluso la pareja española llegó a hacerlo una vez se había ejecutado la decisión, pero lo cierto es que todo salió a pedir de boca en el Empty Quarter. Al Rajhi, líder de la general en ese momento, se quedó fuera de la lucha prematuramente por un vuelco entre las dunas. Y aunque la victoria no cayó del lado del Audi, la regularidad de los españoles y salir retrasados se premió con un liderato que nunca más volvieron a soltar.

Ekstrom se borra de la lucha

Las suspensiones no solo pasaron factura en BRX y es que el Audi de Ekstrom, cuando el sueco marchaba segundo en la general y el propio Carlos le consideraba más que un rival para el Touareg, también perdió todas sus opciones de victoria en la séptima etapa por ese problema mecánico. Mattias perdió tres tuercas de la suspensión trasera izquierda después de solo 30 km y tuvo que esperar a la asistencia (que además tardó mucho en reparar el coche), despidiéndose así incluso de las opciones de podio. En un primer momento, esta baja solo suponía un rival menos, pero lo cierto es que fue un aliado más. Porque el sueco, en la décima etapa, sacrificó su especial por ayudar a un Sainz sin neumáticos al que le dio dos de sus ruedas y le permitió llegar con vida a la temida etapa de piedras.

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PATRICK HERTZOGAFP

Al Attiyah se fue antes de tiempo

Fue uno de los momentos más sonados de la edición, pero también de los que más repercusión tuvo sobre el terreno. Al Attiya tuvo problemas de fiabilidad con el Hunter desde el minuto cero, pero a priori nada fue especialmente grave hasta la octava etapa. El motor de su prototipo dijo basta y le sacó de la carrera, pero la gota que colmó el vaso llegó tan solo un día después. Una avería de la dirección asistida le devolvió al vivac antes de tiempo, pero fue de manera definitiva. Nasser aseguró que no volvería a subirse a un coche que no le daba ninguna garantía y su marcha dejó a Loeb sin aliados ante un posible contratiempo como el de la undécima etapa.

Las piedras decantaron la balanza

Desde la organización lo avisaron: la penúltima etapa sería de eliminación y solo valía tener a la suerte a tu favor. En esta ocasión se puso al lado de Sainz y es que en la primera mitad de la especial, Loeb se quedó parado. Tras golpear con una gran roca, la horquilla delantera derecha de su Hunter se rompió tras un aterrizaje brusco. Ahí se acabaron por completo sus opciones en este Dakar y cuando estaban a punto de abandonar, un equipo chino (YunXiang China) les ayudó a resolver el problema. Pero ya era demasiado tarde. Sainz estaba más vivo que nunca, con más de una hora y media a su favor y con dos guardaespaldas en una lucha donde el francés tuvo que pelear en solitario. De hecho, llegó a meta con tres ruedas planas tras haberse quedado sin repuestos a causa de un compañero de equipo desaparecido, del que solo se supo por Instagram.

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