Honda juega a tres bandas
Van Beveren se adjudica su segunda victoria de la edición, séptima para el equipo japonés, por delante de Brabec y Quintanilla. El americano, más líder todavía.
Hace un año la carrera llegó a la última etapa con dos aspirantes que se iban a jugar el Touareg en segundos. Y aunque parecía que en esta edición del Dakar las cosas no cambiarían demasiado, pues hasta ayer la diferencia entre Brabec y Branch era inferior al minuto, el piloto americano se ha consolidado al frente de una general donde tiene al piloto de Hero a más de siete minutos. Con tres etapas por delante, la distancia no es ni mucho menos determinante pero sí le facilita mucho la tarea a un piloto que parece tenerlo todo bajo control. Se ha visto de primera mano, con Kevin Benavides abriendo pista y cediendo más de ocho minutos con el ganador del día (Van Beveren), que ganar etapas puede hacerlas perder al día siguiente y ahí, es donde el líder está forjando su estrategia.
Durante especial que llevaba a los pilotos de Ha’il hasta Al Ula, escenario en el que comenzó este Dakar, fue Brabec el más competitivo por velocidad pura a partir de la mitad del recorrido. El piloto de Honda le tomó el relevo a Van Beveren y justo en el momento que hubo que llegar a meta, el triunfo acabó siendo para el francés. Es cierto que se le dio mucho mejor la tarea de abrir pista que a Benavides y en este caso, las bonificaciones sí fueron determinantes a la hora de repartir la posición. Pero lo que también se está convirtiendo en una certeza es la superioridad de la marca del ‘ala dorada’ en una edición donde, ante cualquier pequeña amenaza, han respondido a lo grande.
Son siete de nueve posibles los triunfos los que acumula ya la marca del ala dorada en este Dakar. El de Van Beveren es el segundo a título personal para el francés y a pesar de que ayer Benavides hizo un recordatorio en el que demostró por qué era el vigente ganador de la prueba, Honda ha jugado a tres bandas para dejar claro que este debe ser el año en el que recuperen el Touareg, después de dos ediciones consecutivas en las que el premio ha volado hasta las vitrinas de Mattighofen.
Fue una fiesta para la marca japonesa en la que también quiso participar Quintanilla. Después de varios días para olvidar entre la falta de gasolina o los problemas en la moto, el chileno pasa página codeándose de nuevo con sus compañeros en la lucha por la victoria. Aunque en su caso, un triunfo solo servirá de alegría temporal porque está fuera de una batalla por el Touareg a la que se ha apuntado Van Beveren. El francés, que solo ha podido recuperarle 42 segundos a Brabec, es tercero a once minutos de su compañero y solo dos por detrás está un Cornejo, que completa el fortín de Honda. Pero no deben olvidar que un botsuano conocido como Branch, se ha colado en esa fiesta.
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