Del coma al Dakar en tiempo récord: Kevin Benavides reaparece entre lágrimas
El argentino, que sufrió un grave accidente el pasado mes de mayo, celebra emocionado su regreso: “He conseguido la primera victoria y es personal”.
Más allá de una carrera, el Dakar también ha sido siempre sus historias. Y la que envuelve la reaparición de Kevin Benavides es una de las más especiales de esta edición. El argentino, dos veces ganador del Touareg, reconoce que siempre ha protagonizado “recuperaciones récord como el fémur o el peroné”, pero cambió por completo su tono de voz al hablar de su última lesión: “Esta sí que fue distinta”. El piloto de KTM hizo saltar todas las alarmas durante el pasado mes de mayo, cuando sufrió un accidente mientras se preparaba para el Desafío Ruta 40. El primer comunicado informaba de una “situación delicada” tras sufrir heridas en un brazo y la cabeza; pero todo fue mucho más complejo de lo que se esperaba.
Benavides pasó diez días en coma, estuvo “cerca de pasar al otro lado” y además, sufrió una “lesión de tipo nerviosa” que le impedía agarrar el manillar; y acabó siendo su Vía crucis en este proceso de recuperación: "Los tendones y los nervios tienen otros tiempos. Hagas lo que hagas, hay cosas que no se pueden apurar y fue todo poco a poco en comparación de lo que puede ser un hueso". Regresar al Dakar “ha sido todo un desafío” y aunque se ve “al 70%, me encuentro bien”. Kevin celebra “haber conseguido la primera victoria y no de etapas; sino personal”, pero la realidad es que este Dakar será muy diferente a todos los anteriores.
El piloto de KTM descarta por completo la idea de no haber hecho acto de presencia en la carrera, pero llama a la prudencia: “Yo soy muy competitivo y eso es lo que también me llevó a poder ganar dos Dakar. Es difícil salir con esta mentalidad conservadora, pero es la única mentalidad que puede llevarme hacia la meta. Si salgo a querer hacer lo que yo solía hacer, no va a funcionar. Ya no quiero tomar tantos riesgos. Voy a usar toda la experiencia que tengo, navegar bien y donde pueda obtener alguna ventaja, porque en el Dakar siempre pasan cosas, lo aprovecharé. Pero no es el momento de salir a competir en velocidad con el resto de rivales".
Recordándose a sí mismo de manera constante sus dos victorias en el Dakar, Kevin sigue derrocando ese carisma de piloto top, que se transforma en lágrimas al recordar cómo su hermano, Luciano, presenció todo el accidente. El pasado todavía está reciente y aunque rehúye del riesgo, los problemas llegarán “en las etapas largas”, ante la incertidumbre de cuánto aguantará una mano que le ha obligado a cambiar de estilo: “He tenido que adaptar mucho mi forma de pilotar. Yo me consideraba muy agresivo a la hora de manejar. Me gustaba enfrentar todo, saltar, atacar... pero ahora no voy a poder ir de esa manera tan agresiva”. La acumulación de kilómetros supone dolor para el argentino, pero “desde hace un tiempo sabía que no iba a ser fácil" y se preparó recordando los viejos tiempos: “Cada vez que gané el Dakar, en el 2021 o el 2023, no iba pensando en ganarlo. Y se dio. Voy a adoptar la misma técnica, salir a hacerlo lo mejor que pueda. Y donde tenga que quedar, quedaré. Voy a ir día a día. Y tomar toda la experiencia que tengo para usarla a mi favor”.
El futuro de KTM
A la incertidumbre de hasta dónde será capaz de llegar Benavides en una de las ediciones con más kilómetros (5.152 cronometrados) de los últimos años, a nivel de equipo también hay interrogantes en torno a la situación por la que atraviesa KTM. Sin embargo, a pesar de la crisis financiera por la que atraviesa el fabricante austriaco, Kevin mantiene el mismo argumento que han transmitido desde MotoGP. La competición no se toca. “(La crisis) no nos afecta. El programa de carreras sigue en pie y va a seguir todo así el año 25 (de hecho KTM está inscrita en el Mundial de W2RC, a pesar de su ausencia en 2024). Lo que está haciendo KTM es no darse por vencido, lo mismo que iba a hacer yo en esta carrera. Así que vamos a estar compartiendo legado".